Por muchos años, la dictadura de Daniel Ortega se jactaba de decir que Nicaragua era el país más seguro de Centroamérica y de América Latina. Sin embargo, esto no fue más que una verdad a medias, ya que la mayoría de los grupos delincuenciales y el narcotráfico siempre han operado en comunidades rurales o barrios más pobres, explica la socióloga María Teresa Blandón.

“El régimen siempre declaró a los cuatro vientos que éramos el país más seguro de la región. Si bien es cierto que no teníamos los niveles de inseguridad de las maras (pandillas), como otros países de Centroamérica, eso no quiere decir que éramos el país más seguro. En comunidades rurales y barrios pobres de la capital se escuchaba cómo la delincuencia común y los grupos vinculados al narcotráfico se estaban organizando y tenían control de algunas comunidades. La gente estaba indefensa frente a la inoperancia o la ausencia total de la Policía”, indicó Blandón a Darío Medios Internacional.

La experta en temas sociales manifestó que en los últimos 10 años se ha vivido en un país inseguro y violento, una situación que se incrementa año con año y que se agrava aún más sin que la dictadura de Ortega presente ninguna propuesta para enfrentar esta realidad. La única estrategia que el régimen ha desarrollado ha sido la cárcel y no cuenta con propuestas educativas ni preventivas, como durante años hizo creer.

2018 dejó al descubierto a la Policía Nacional

Durante las marchas antigubernamentales del año 2018, la Policía demostró cuáles eran sus verdaderas funciones y desde entonces su trabajo ha sido reprimir cualquier voz disidente contra Ortega-Murillo. “A partir de 2018 han ocurrido varias cosas. Primero, el régimen puso a la Policía con funciones más partidarias, para controlar, vigilar, asediar, amenazar y reprimir a cualquier voz disidente y que haga hasta la más mínima crítica al régimen”, continuó Blandón.

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Nicaragua sin estrategias para frenar la delincuencia 2

Parte de la explicación que María Teresa Blandón dio a Darío Medios Internacional es que la Policía ha descuidado todos los temas que tienen que ver con la seguridad ciudadana. Aunque el presupuesto de la institución es inferior al del Ejército, la Policía tampoco ha invertido en oficiales con experiencia y ha sufrido mucha deserción. “La Policía no ha recibido presupuesto para poder hacer su labor, pero tampoco han invertido en la formación de oficiales con experiencia. Como han tenido mucha deserción, la Policía ha reclutado a gente muy joven del campo que no sabe cómo funciona la ciudad. No es lo mismo venir de una ciudad como Wiwilí, por ejemplo, a Managua. Los tienen dos meses en la academia y después los ponen a patrullar lugares que no conocen y con poca formación y experiencia”, aseveró.

Policía débil e indultos a la orden del día

En los últimos seis años, la Policía ha liberado a más de 35 mil reos comunes. En estas liberaciones se incluyen reos que cometieron faltas leves, pero también reos de mayor peligrosidad. En su mayoría, los presos más peligrosos, al momento de ser liberados, solo dejan pasar días y vuelven a cometer otro delito en poco tiempo.

La Policía sandinista está más debilitada debido a que no cuenta con estrategias de prevención para frenar la violencia que se está desatando, por tantos reos con registros delictivos que Ortega ha dejado libres, puntualizó Blandón.