Estudiantes de la UNAN León siguen firmes en sus protestas por la autonomía universitaria

Por segundo día consecutivo estudiantes de la UNAN León se plantaron este martes 8 de mayo frente al Campus Médico de forma pacifica para demandar la salida inmediata de Flor de María Valle, rectora de la universidad y los presidentes de las distintas facultades.

El plantón, posterior se convirtió en una marcha que recorrió distintas calles de la ciudad de León. Previo al inicio de la marcha, los universitarios vieron a trabajadores de la UNAN León salir al portón del Campus Médico para corear “Queremos la Paz” y ocultaban sus rostros para que las cámaras de Radio Darío no los filmaran.

De acuerdo a los estudiantes, la señora Martha Aguilar, sindicalista de la UNAN León, ordenó a trabajadores de la facultad de odontología ir a corear “Queremos la Paz” con afiches y mantas, esto tras una orden de la rectora de la universidad.

La marcha que se desplazó por los sectores de Guadalupe y el centro de la ciudad de León, fue apoyada por familias leonesas que salieron a las puertas de sus hogares con banderas azul y blanco.

Comerciantes del Mercado Central salieron a encontrar la marcha universitaria para respaldar la causa de los estudiantes que piden no más represión y la autonomía de la UNAN León.

Los trabajadores que salieron gritar Paz en el Campus Médico se sumaron a los colaboradores administrativos de la UNAN León, quienes esperaron la marcha de los universitarios en la Facultad de Ciencias y Tecnología, para gritarles que no se dejaran manipular.

Aunque hubo intercambios verbales de ambos sectores, la marcha de los jóvenes continuó hacia los mercados La Estación y la Terminal de Buses, donde los comerciantes de igual manera mostraron su respaldo a las exigencias de los chavalos manifestantes.

La marcha culminó en las instalaciones del edificio quemado de Radio Darío, donde los jóvenes entonaron el Himno Nacional de Nicaragua y autoconvocaron para continuar con las protestas mañana miércoles 9 de mayo en la plaza San Sebastián a las cuatro de la tarde.

Por Francisco Torrez Tapia.