El barrio Hialeah, en la periferia sur de Managua, Nicaragua, se vio sacudido por una tragedia que ha conmocionado a la nación. El pasado viernes, 28 de junio, un muro perimetral en mal estado colapsó sobre una vivienda, causando la muerte de Mauricio José Arróliga, de 49 años, y sus tres hijos: Dylan de 8 años, Jonathan de 9, y Abraham de 12.

Según Margina García, tía de los niños fallecidos, la tragedia pudo haberse evitado. En declaraciones a la oficialista Radio Ya, García culpó a una vecina por no haber reparado el muro, a pesar de haber sido advertida en repetidas ocasiones sobre su mal estado. “Ellos no querían vivir en ese cuarto porque ya habían visto que el muro estaba en mal estado, y aunque ya le habían dicho a la dueña que lo reparara, ella siempre hizo caso omiso”, declaró García.

La familia habitaba una casa cuya estructura de madera y zinc no pudo soportar el peso del muro de piedra cantera. La madre de los niños, Eveling Carolina García, sobrevivió porque en el momento del colapso se encontraba en otro cuarto, cocinando. “Ella y el marido llegaron tarde de vender… ella se puso a preparar comida para los niños que tenían hambre y él se llevó a los muchachitos a un cuarto que le habían construido unos hermanos de la iglesia, porque la casa de ellos tenía malo el techo”, relató Margina García.

Desastre en una zona vulnerable

Hialeah es un asentamiento desarrollado sobre terrenos desnivelados, creciendo sin planificación urbanística, lo que lo hace especialmente vulnerable a las lluvias y deslizamientos. Este tipo de zonas críticas se convierten en trampas mortales durante la temporada de lluvias. “Hialeah es sin lugar a dudas uno de los puntos críticos de la capital durante el invierno”, señaló un ingeniero civil que prefirió el anonimato. “Se necesitará más que entregar plástico negro para que la comuna o el gobierno central hagan frente a los estragos que este invierno puede causar en Managua”.

Las imágenes del barrio, con cauces rebasados y terrenos saturados de agua, evidencian la precariedad en la que viven muchas familias. La tragedia de la familia Arróliga García es un doloroso recordatorio de la necesidad urgente de intervención y mejora de las condiciones de vida en estos asentamientos.

El entierro de Mauricio José Arróliga y sus tres hijos en el cementerio Caminos del Cielo, en el distrito 7 de Managua, fue un acto de profundo dolor y solidaridad. Decenas de personas acompañaron a Eveling García en su despedida. La conmoción y tristeza fueron palpables, no solo entre los familiares, sino también en la comunidad beisbolera de Nicaragua, de la cual Mauricio y sus hijos eran apasionados miembros.

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“Ella hizo caso omiso”: señalan a vecina en la tragedia donde tres niños y su padre perdieron la vida tras colapso de muro en Nicaragua 2

En redes sociales, las fotografías de los niños con sus trajes de beisbolista han sido compartidas ampliamente, recordando su amor por el deporte. “Nosotros pensábamos que había más personas soterradas”, declaró el abuelo de los menores a medios locales, describiendo la desesperación y la impotencia de los familiares y vecinos que intentaron rescatar a la familia.

Clima adverso y peligro latente

Mientras la comunidad lidia con el dolor de la pérdida, las autoridades meteorológicas advierten sobre la llegada de la Tormenta Tropical Beryl, que se espera se convierta en huracán. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos informó sobre el riesgo de fuertes lluvias, vientos con fuerza de huracán y marejadas peligrosas.

En Nicaragua, se prevén lluvias moderadas a fuertes, con el consiguiente riesgo de inundaciones urbanas y deslizamientos de tierra. El Sistema Nacional para la Prevención de Desastres (SINAPRED) ha emitido alertas para las regiones del Pacífico, Norte, Central y oeste del Caribe, destacando la necesidad de precaución y preparación ante posibles emergencias.

Margina García ha solicitado a las autoridades una investigación exhaustiva sobre la responsabilidad de la dueña del muro colapsado. “Queremos que haya un dictamen sobre si hubo o no negligencia por parte de la dueña de la propiedad vecina”, insistió. La tragedia en Hialeah subraya la urgente necesidad de políticas efectivas de urbanización y mejora de infraestructuras en barrios vulnerables.

Esta dolorosa pérdida resalta las deficiencias estructurales y la falta de mantenimiento adecuado en zonas marginadas. La comunidad y las autoridades deben trabajar juntos para prevenir futuras tragedias y garantizar condiciones de vida seguras y dignas para todos.