El domingo 30 de junio se cumplió una semana exacta desde la desaparición de cinco jóvenes en Tegucigalpa, un evento que ha dejado a la población en un estado de conmoción e inseguridad. La pareja formada por Roger Coleman Dempster (24) y Annie Rachel Villatoro (30), junto con Alejandro Enrique Aceituno, Kenneth Gabriel Cruz y Elvin Josías Izaguirre, desaparecieron el 23 de junio mientras realizaban una mudanza, sumando a las estadísticas alarmantes de personas desaparecidas en el país, que solo en junio reportó 30 casos similares.

Roger Coleman y Annie Villatoro vivían en Residencial Honduras y habían decidido mudarse a una nueva vivienda en la colonia Mirador de Oriente. Utilizaron la plataforma de Marketplace de Facebook para encontrar la casa de alquiler, lo que parecía una decisión acertada en términos económicos. La mudanza fue organizada para el 23 de junio, día en que desaparecieron.

La pareja contó con la ayuda de sus amigos Elvin Izaguirre, Kenneth Cruz y Alejandro Aceituno para la mudanza. Utilizaron un pick-up blanco, marca Mitsubishi, con placa HDC6080, prestado para la ocasión. La primera parte de la mudanza se realizó sin contratiempos, pero durante el segundo viaje, a las 7 de la noche, perdieron todo contacto con ellos.

El 25 de junio, la Policía Nacional, bajo la dirección de Juan Manuel Aguilar, informó del hallazgo del vehículo en la colonia Villa Nueva de Tegucigalpa, abandonado sin pistas sobre el paradero de los jóvenes.

El hallazgo de los cuerpos

La búsqueda de los desaparecidos continuó en varias zonas montañosas del oriente de la ciudad. El 28 de junio, la trágica noticia del hallazgo de los cuerpos de Roger Coleman, Annie Villatoro, Alejandro Aceituno y Kenneth Cruz en una montaña en Tatumbla rompió las esperanzas de las familias. El 30 de junio, el cuerpo de Elvin Josías Izaguirre fue encontrado, completando el círculo de esta dolorosa tragedia.

El traslado de los cuerpos fue un desafío logístico debido a las fuertes lluvias en la región, requiriendo apoyo aéreo para su extracción. El mismo día, la Secretaría de Seguridad anunció la captura de cuatro sospechosos, detenidos el 24 de junio en Tatumbla. Estos individuos tenían en su poder las llaves del vehículo y el teléfono celular de una de las víctimas.

Tatumbla, un municipio conocido por su clima fresco, artesanías y montañas, fue el escenario de este trágico suceso. La comunidad se ha visto profundamente afectada, con una mezcla de temor e indignación. Los cuerpos de los jóvenes fueron encontrados en lugares de difícil acceso, lo que muestra la crueldad y la planificación de los responsables. El relato de los hechos es escalofriante. Los jóvenes fueron obligados a caminar montaña adentro, posiblemente conscientes de su destino fatal. Sus cuerpos fueron hallados en estado de descomposición, cubiertos con ramas y hojas, y abandonados en lugares inhóspitos.

Contexto de la violencia en Honduras

La desaparición y asesinato de estos jóvenes es un reflejo de la crisis de seguridad que enfrenta Honduras. En los últimos años, el país ha sido testigo de numerosos casos de desapariciones, con un total de 794 personas reportadas como desaparecidas en los últimos seis años, según el Comité para la Defensa de Derechos Humanos en Honduras (Codeh). En 2023, la Policía Nacional registró 200 personas desaparecidas, de las cuales unas 30 corresponden a las últimas semanas.

La violencia y el crimen organizado son problemas persistentes en Honduras, exacerbados por la presencia de pandillas como la Pandilla 18, que según la policía, estuvo involucrada en este caso. Estas organizaciones criminales ejercen un control feroz sobre territorios específicos, y la mudanza de la pareja a una casa en un área “de interés” para la pandilla parece haber sido el detonante de la tragedia.

La respuesta de las autoridades y la búsqueda de justicia

La respuesta de las autoridades ha sido cuestionada por su efectividad y transparencia. La Policía Nacional mantuvo en secreto la detención de los sospechosos, alegando que era para no entorpecer las investigaciones. Sin embargo, la población demanda más acciones y resultados concretos.

El director de la Policía Nacional, Juan Manuel Aguilar, ha calificado las acciones de los pandilleros como pura maldad y ha solicitado reformas legales para juzgar a los pandilleros como terroristas, similar a las medidas adoptadas en El Salvador. Esta propuesta ha generado debate sobre la necesidad de medidas más drásticas para combatir el crimen organizado.