Existe la posibilidad que Nicaragua no tenga relevo generacional en el periodismo, lo que llevaría a la desaparición de hombre y mujeres de prensa dentro de este país, así lo dio a conocer en su informe trimestral la Fundación para la Libertad de Expresión y Democracia (FLED).

La principal causa por las que la FLED considera que el relevo periodístico está en riesgo es por el temor que hay en la familia de que sus hijos estudien esta carrera debido a la persecución del régimen contra los comunicadores independientes y la escasez de empleo.

“Desde FLED hemos conocido que, entre los profesionales más jóvenes y sus familias, hablar de periodismo y del ejercicio de este se ha convertido en un tema de preocupación. La mayoría de las personas recomiendan a sus familiares o conocidos en edad universitaria estudiar carreras que no les comprometan su integridad y a su vez los motivan a salir del país en busca de futuro”, exterioriza el informe.

Además de poner en peligro la continuidad y vitalidad del periodismo en Nicaragua, también se limita la diversidad de voces y perspectivas en los medios de comunicación, lo que debilita el papel fundamental que desempeña el periodismo en una sociedad democrática.

Después de seis años del inicio de la crisis sociopolítica en Nicaragua, donde prevalece el incremento de desigualdades, el debilitamiento total de la institucionalidad democrática y un retroceso generalizado en materia de derechos humanos, el ejercicio del periodismo cada día es más desafiante, puntualiza el informe.

Universidades confiscadas

Otra razón que limitaría la cantidad de profesionales del periodismo en Nicaragua es por el cierre arbitrario de universidades privadas que ofrecían la carrera, como es el caso de la Universidad Centroamericana (UCA), confiscada en agosto de 2023.

La UCA era prestigiosa por su “escuela” de periodistas y comunicadores. La carrera era una de las de mayor demanda y con más prestigio en el país. De esta casa de estudios se graduaron miles de profesionales que posteriormente se convirtieron en destacados periodistas con reconocimiento a nivel internacional.

Actualmente en las universidades públicas donde se ofrece la carrera, lo que existe es un adoctrinamiento y la formación de cuadros de agitación y propaganda a favor del partido de gobierno implementando una propuesta curricular alejada de los principios, valores y la ética periodística.

En el informe de la FLED también muestra con mucha “preocupación” que, de continuar el contexto actual en Nicaragua, en los próximos tres años habrá una crisis o ausencia de personal calificado en la industria de los medios de comunicación, especialmente en el periodismo.

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La FLED ha recibido reportes que indican que, en los diferentes departamentos del país, los medios de comunicación locales han sacado de su programación los noticieros, y el abordaje crítico de temas sociales y políticos.

Agendas partidarias prevalecen en los medios locales

Detallan que en la actualidad predomina la promoción de la agenda de las alcaldías y de las instituciones del Estado, de igual modo los temas culturales, publicidad de negocios locales y se ha cedido varios espacios a pastores evangélicos, estos últimos en su mayoría nuevos aliados del gobierno de Nicaragua en el contexto del ataque en contra de la Iglesia Católica.

En monitoreo realizado en diferentes medios de comunicación, identificamos que los medios locales evitaron hablar o dar cobertura periodística a las actividades religiosas de la Iglesia Católica esto en aquellos departamentos y municipios donde fueron permitidas las procesiones.

Se observó que los medios de comunicación enfocaron su agenda en la promoción de actividades de verano (playas) y opciones de gastronomía. Este nuevo comportamiento es similar al de los medios oficialistas.

Continúa el ataque al periodismo independiente

En los últimos seis años, el clima político y social en el país ha sido marcado por la represión gubernamental hacia la prensa crítica y se ha desarrollado en diferentes etapas como asesinatos (caso de Ángel Eduardo Gahona) censura, intimidación, acoso, expulsión de instituciones públicas, diversos impedimentos para la obtención de documentación (pasaportes, cédula de identidad, permisos, constancias) detenciones arbitrarias, expatriación e incluso violencia física y sicológica.

Los profesionales que ejercen desde el exilio no escapan de los ataques; constantemente son amenazados mediante redes sociales, sus familias son vigiladas y acosadas. De igual manera persiste como patrón de violencia, el ataque, la descalificación y la difamación por parte de voceros y propagandistas gubernamentales.