En el contexto de la 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), jóvenes nicaragüenses han elevado una contundente demanda a los embajadores de la región: acciones inmediatas frente a la grave crisis de derechos humanos desencadenada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.

En una carta conjunta, representantes de diversas organizaciones opositoras han denunciado este miércoles 26 de junio de 2024 una escalada de represión sistemática desde 2018, caracterizada por la brutal represión de manifestaciones pacíficas, más de 355 víctimas fatales a manos del estado, detenciones arbitrarias y censura mediática. Además, han señalado la persecución religiosa, el exilio forzado y la privación de nacionalidad a ciudadanos críticos con la administración sandinista.

La misiva destaca la situación crítica de más de 140 presos políticos, incluyendo mujeres con hijos menores en condiciones inhumanas y sin acceso adecuado a atención médica, lo que ha exacerbado enfermedades dermatológicas, neurológicas e infecciosas entre los detenidos.

Los activistas también han denunciado la impunidad generalizada ante los crímenes cometidos por la policía y el ejército, documentados por organizaciones internacionales de derechos humanos como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). Además de exigir visitas sin restricciones a centros de detención y la liberación inmediata de todos los presos políticos, los opositores han llamado a la implementación de sanciones contra el ejército nicaragüense y sus colaboradores, así como a la restricción del apoyo financiero internacional que podría beneficiar al régimen.

En paralelo, una delegación de más de 30 opositores nicaragüenses se encuentra en Asunción, Paraguay, participando en la Asamblea General de la OEA. Juan Sebastián Chamorro, expreso político y miembro de la delegación, subrayó la importancia de esta presencia internacional, destacando que la situación de Nicaragua ha sido elevada a una resolución cerrada por unanimidad de todos los países del hemisferio en la OEA.

Chamorro enfatizó que la resolución insta a los estados miembros a tomar acciones independientes para abordar la crisis nicaragüense, ya sea mediante la liberación de presos políticos, el apoyo a la justicia internacional o la gestión de la migración forzada utilizada como herramienta política por el régimen.

Además de los abusos internos, los opositores han alertado sobre la alianza del régimen con entidades cuestionables a nivel internacional, como el reciente acercamiento al Talibán, lo que ha exacerbado las tensiones globales sobre la política migratoria y la seguridad internacional. Mientras Nicaragua enfrenta una creciente represión interna y utiliza su territorio para fines geopolíticos controvertidos, los opositores continúan su lucha por la democratización, instando a la comunidad internacional a mantener la presión y apoyar la construcción de un futuro democrático que respete los derechos humanos y la independencia de poderes en el país centroamericano.