Joseline Mireydis, de 11 años de edad, fue reportada como desaparecida por sus familiares, quienes pasaron varios días desesperados. Posteriormente, la niña fue encontrada con vida en una casa de la comunidad Amatitán, jurisdicción del municipio de La Paz Centro.

La niña desapareció cuando se encontraba en su casa, localizada en la Finca Santa Bárbara, ubicada en el kilómetro 76 de la carretera nueva León-Managua. Su familia expresó que, gracias a la publicación que hicieron los medios locales sobre la desaparición, fue posible dar con su paradero.

La Policía capturó a Gerald Munguía, quien tenía secuestrada a la niña. Aunque no existe un informe oficial de la Policía sobre las circunstancias de la desaparición, los padres de la niña dijeron a medios locales que fue examinada por un médico forense y que están a la espera de los resultados.

El Grupo Venancia, una organización defensora de los derechos de las mujeres, niñez y adolescencia, indicó que las estadísticas de femicidios y desapariciones de mujeres y niñas en Nicaragua son alarmantes.

46 mujeres y niñas fueron reportadas como desaparecidas en 2023

El grupo también informó que un total de 46 mujeres, entre ellas 29 niñas, fueron reportadas como desaparecidas entre enero y septiembre del año pasado, 2023. Sin embargo, consideran que las cifras podrían ser mayores, debido a que un número indeterminado de familias no denuncian los casos.

“La mayoría de las desapariciones fueron menores de edad, que oscilan entre los 11 y los 17 años. Este dato es impresionante, dado que las niñas son vulnerables a la explotación y el abuso”, destacó la organización.

Determinó que las desapariciones se han dado mayoritariamente en los departamentos de Estelí, Matagalpa y Managua, ciudades de alto peligro, lo que demuestra que el problema trasciende las grandes metrópolis.

Al menos tres de las 46 mujeres reportadas como desaparecidas fueron encontradas asesinadas. Entre ellas, la doctora Aracelly Varela Bonilla, de 51 años, originaria de León, quien estuvo desaparecida durante al menos dos meses antes de que su cuerpo apareciera sin vida en Rivas. De manera similar, María Isabel Hernández Vivas, de 64 años, también desapareció en Rivas y fue hallada muerta tras su desaparición. Igualmente, Hazel Johana Mejía Traña, de 37 años, fue reportada como desaparecida en Managua y posteriormente encontrada estrangulada y semienterrada en Sabana Grande, al norte de la ciudad capital.

Urgen medidas inmediatas para detener los femicidios y desapariciones de mujeres y niñas

“Estos pavorosos casos ponen de manifiesto la necesidad extrema de medidas inmediatas para abordar la progresiva ola de desapariciones y asesinatos contra las mujeres y niñas”, sostiene el organismo.

“La situación en Nicaragua es alarmante. El aumento de femicidios y desapariciones de mujeres y niñas es una realidad que no puede ser ocultada. Se requiere una acción urgente y sistemática para abordar este creciente flagelo social”, manifestó el Grupo Venancia. Además, añadieron que la seguridad y protección de las mujeres y niñas del país debe ser una prioridad incondicional del régimen de Nicaragua, mientras que la impunidad no puede ser consentida.

Se conoció de manera extraoficial que Gerald Munguía y otras personas acusadas como cómplices fueron puestas a disposición de las autoridades judiciales del municipio de León.

La familia de Joseline Mireydis pide a las autoridades competentes justicia. El Código Penal de Nicaragua establece que comete rapto quien, con propósitos sexuales, sustrae o retiene a una persona contra su voluntad. El rapto será sancionado con prisión de dos a cinco años. Se presume la falta de voluntad cuando la víctima sea menor de catorce años, en cuyo caso la pena será de cuatro a diez años de prisión.