Un analista en política nicaragüense bajo anonimato dijo a Darío Medios Internacional que la operación policial contra Humberto Ortega tiene hasta ahora objetivos limitados: enviar el mensaje a la ciudadanía de que nadie está protegido frente a la represión por atreverse a cuestionar o dudar de la sostenibilidad del régimen y de su capacidad de prolongar su existencia a través de un modelo de sucesión dinástica presto a sustituir al caudillo cuando este llegue a faltar.

Asimismo, Rosario Murillo está al frente de las decisiones y Daniel ya no es capaz de velar por la suerte de su hermano, asegurando a todos sus seguidores y a su círculo de poder que, faltando el comandante, todo continuará bajo el control que desde ya ejerce la vice dictadora.

“Estos dos mensajes eran de vital importancia para asegurar el modelo de control social basado en el “terror” que sostiene a la dictadura, la cual no acepta ningún tipo de disidencia”, demostrando a todos su firmeza.

Establecido, cumplidos estos objetivos, no es necesario agravar la situación del cuñado y se mantendrá en el estado actual de restricciones privilegiadas, dado que Murillo conoce que el general Ortega ha perdido todo poder político y carece de fuerza para enfrentarla y no desea hacerlo un héroe o mártir, agravando las medidas en su contra. No veremos ni cárcel, ni destierro, ni confiscación.

Por su parte, el ex prisionero político de la dictadura, Oscar René Vargas, aseguró en una entrevista a “La Mesa Redonda” que Rosario Murillo también envió mensajes a los ex miembros de la extinta dirección nacional, Bayardo Arce Castaño, Jaime Wheelock y Henry Ruiz, que son empresarios sandinistas, para que deben permanecer en silencio y no cuestionar la sucesión dinástica.

Rosario Murillo envió mensaje a los ex miembros de la extinta Dirección Nacional:
“Los empresarios orteguitas son del mismo criterio del general en retiro Humberto Ortega, que el dictador Daniel Ortega debe buscar una salida suave a la crisis sociopolítica de Nicaragua para no tener una salida catastrófica, pero no se van a atrever a comentar el tema porque van a pagar un costo político”, manifestó Vargas.

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“No habrá cárcel, ni destierro” para Humberto Ortega, aseguran analistas 2

Humberto Ortega, hermano de Daniel, cercado por la Policía por criticar al régimen sandinista por descartar la figura de Rosario Murillo y sus hijos en una eventual sucesión en Nicaragua. La “vicepresidenta” respondió con la incautación de celulares y computadoras y una citación policial.

Sobre las nueve de la noche del domingo 19 de mayo, un contingente policial rodeó la casa del exjefe del Ejército de Nicaragua, el general en retiro Humberto Ortega Saavedra, hermano del autócrata sandinista Daniel Ortega, y cuñado de la vicepresidenta Rosario Murillo.

Los oficiales que entraron en la vivienda, ubicada en Carretera a Masaya, quitaron al general sus celulares y computadoras y lo amenazaron con asistir a un citatorio policial en la sede de la Policía Nacional.

“No está detenido, ni en casa por cárcel, pero debe comunicar cualquier movimiento que vaya a realizar”, le indicaron finalmente al hombre, considerado como una persona de mucha autoridad entre los militares nicaragüenses y las filas sandinistas.

Humberto Ortega aseguró que nadie puede suceder al autócrata Daniel Ortega.

El asedio policial en contra de Humberto Ortega Saavedra inició horas después de que el portal Infobae publicara una entrevista con el general en retiro, realizada por el periodista nicaragüense Fabián Medina, quien está exiliado en Costa Rica.

En la divulgación, Ortega Saavedra expresó fuertes críticas contra la Administración de su hermano y su cuñada, sobre todo en lo referente a un tema especialmente delicado para la pareja presidencial: la sucesión dinástica que intentan poner en marcha Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El general en retiro, Humberto Ortega, dijo en la entrevista: “Nadie, nadie puede suceder a Daniel porque, con todo y todo, Daniel es el único líder histórico que aún conserva los créditos de esa lucha.

Sin Daniel veo muy difícil que haya unos dos o tres que se junten. Mucho menos uno en particular, y más difícil en la familia. Hijos que no han tenido el acumulado de una lucha política”, sostuvo Ortega Saavedra, en referencia a su sobrino Laureano.