La reciente denuncia de la Fundación del Río respecto a la ineficacia del comunicado oficial sobre la veda indefinida de la Tortuga Verde emitido por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, revela serias preocupaciones sobre la preservación de las tortugas marinas en Nicaragua. Este comunicado, respaldado por la Comisión Interinstitucional Regional para la Regulación y Protección de las Tortugas Marinas y el Gobierno Regional de la Costa Caribe Sur, reitera la Resolución Ministerial 10-2024, publicada en febrero de este año. Sin embargo, la aplicación de esta resolución ha sido ampliamente cuestionada por su limitada eficacia y alcance.

La Resolución Ministerial 10-2024, que prohíbe la caza, captura, uso, comercialización y transporte de varias especies de animales protegidos, establece una veda indefinida para seis especies de tortugas marinas: Tortuga Caguama, Tortuga Negra del Pacífico, Tortuga Verde del Caribe, Tortuga Toro, Tortuga Carey y Tortuga Paslama. No obstante, el comunicado emitido el 17 de mayo se enfoca exclusivamente en la veda de la Tortuga Verde (Chelonia mydas), omitiendo otras especies igualmente en peligro.

Fundación del Río, una organización ambientalista que ha sido inhabilitada y sus instalaciones confiscadas por el régimen debido a su postura crítica, expresó su preocupación por la exclusión de otras especies en la resolución. En su comunicado, la organización destaca la grave situación de la Tortuga Carey, la cual enfrenta una demanda aún mayor que la Tortuga Verde. Nicaragua alberga seis de las siete especies de tortugas marinas del mundo, todas en riesgo debido a diversas amenazas, incluido el comercio ilegal y la pesca de arrastre.

La ineficacia de las sanciones

Las sanciones establecidas en el comunicado oficial para quienes incumplan la veda son consideradas débiles por Fundación del Río. Estas sanciones incluyen el decomiso del producto y un llamado de atención, y en caso de reincidencia, una multa económica y el decomiso de los medios de transporte. La organización argumenta que estas medidas son insuficientes para disuadir el comercio ilegal, proponiendo la implementación de sanciones más estrictas y efectivas que aborden tanto el comercio ilegal como la pesca de arrastre.

“La aplicación de la veda ha sido ineficaz, permitiendo un aumento en el comercio ilegal de la Tortuga Verde en la Costa Caribe Sur”, critica Fundación del Río. La organización subraya que mientras la resolución se enfoca únicamente en la Tortuga Verde, otras especies, como la Tortuga Carey, quedan desprotegidas y continúan siendo explotadas.

La pesca de arrastre: una amenaza ignorada

Además del comercio ilegal, Fundación del Río destaca la pesca de arrastre como una amenaza significativa que requiere atención y acción inmediata. La pesca de arrastre no solo captura tortugas marinas, sino que también destruye su hábitat, agravando aún más la situación de estas especies en peligro de extinción.

Fundación del Río hace un llamado urgente a las autoridades y a los medios de comunicación para visibilizar esta situación y reforzar la aplicación de la veda, extendiendo las protecciones a todas las especies de tortugas marinas en Nicaragua. La organización sugiere que la prohibición de la caza, captura, uso, comercialización y transporte de productos derivados de las tortugas marinas debe extenderse a toda Nicaragua a través de ordenanzas municipales, las cuales podrían contribuir a la detección de ventas clandestinas.

El Comité Basura Cero, por su parte, aboga por un plan integral de capacitación a las autoridades locales, incluyendo a policías, Ejército, la Naval y miembros de los consejos municipales o regionales, para garantizar una aplicación efectiva de la veda. Raomir Manzanares, integrante del Comité, subraya la necesidad de sensibilizar a las autoridades locales sobre la importancia de la preservación de las tortugas marinas.

La denuncia de Fundación del Río sobre la ineficacia de la veda indefinida de la Tortuga Verde pone de manifiesto la necesidad de una acción más contundente y abarcadora por parte del gobierno nicaragüense. La preservación de las tortugas marinas en Nicaragua no solo depende de la prohibición de su caza y comercialización, sino también de la implementación de medidas más estrictas y efectivas que aborden todas las amenazas que enfrentan estas especies. Solo así se podrá garantizar la supervivencia de estas valiosas criaturas y la protección de la biodiversidad marina en la región.