El pasado martes 25 de junio, alrededor de las tres de la tarde, los habitantes de Bilwi, Puerto Cabezas, se sorprendieron al encontrar el cuerpo de una mujer en estado de descomposición bajo el campanario de la antigua iglesia católica de la ciudad. Oficiales de la Policía llegaron al lugar para realizar las investigaciones pertinentes y determinar las causas de la muerte.

Los oficiales tuvieron que saltar el muro de la antigua iglesia para ingresar al predio baldío, utilizado por personas indigentes, y comenzar las pesquisas. En ese momento, realizaron más de 10 detenciones de personas sospechosas de cometer el crimen contra la mujer, quien aparentemente había sido violada y atacada con arma blanca.

El jueves 29 de junio, la Policía de Bilwi logró capturar a tres sujetos señalados de participar en el asesinato y violación de la joven Celia Jhonson Moody, de 18 años. Los involucrados son Jalcón Lino García, de 28 años; Redenal Pramstan Playmit Guido y/o Richinal Playmit Guido, de 37 años; y José Flores Maibeth.

El informe policial precisó que José Flores Maibeth, de 26 años, le propuso a la víctima sostener relaciones sexuales. Ante su negativa, la agarró a la fuerza y con un cuchillo le realizó tres heridas en el cuello, tórax y rostro, causándole la muerte.

Incremento de femicidios no se detiene

Los femicidios en Nicaragua ya superan las 42 mujeres asesinadas este año, siendo Managua el departamento con mayor índice de violencia de género, registrando más de 10 casos, seguido por la Costa Caribe con aproximadamente 9 femicidios.

En reiteradas ocasiones, feministas han alertado que en Nicaragua no se cuenta con políticas públicas de protección reales que garanticen la seguridad y vida de las mujeres. “Si bien es cierto que en Nicaragua existen instituciones, ¿quién representa a la sociedad civil y a las mujeres? ¿Cuál es la voz que tienen las mujeres?”, se pregunta la feminista y defensora de los derechos de las mujeres Fátima Parrales.

Parrales recordó que el régimen, a través de Rosario Murillo, ha creado “supuestas estrategias para frenar la violencia”, pero ninguna ha dado resultados, porque su política es más de silencio y cero denuncias. “Crearon una cartilla sin pies ni cabeza, reinauguraron comisarías de la mujer, pero estas no funcionan ni tienen personal capacitado en temas de violencia de género. Ahora dicen que van a crear un ‘Consejo Nacional de Derecho de la Mujer’, pero no informan qué pretenden con esto ni cuál es el mensaje que quieren dar”, expresó la defensora.

“¿Cómo pretenden garantizar la vida de las mujeres si la Ley 779 ha sido fraccionada, manoseada y mutilada? Esa ley ya perdió su esencia. Que la restablezcan tal cual fue creada y que se cumpla. El problema es que en Nicaragua la sociedad civil está amordazada y se dice y hace lo que la dictadura ordena”, puntualizó Parrales.