Rusia y Nicaragua calientan motores y se alistan para frenar sanciones de EEUU, así lo manifestó recientemente la procuradora general de Nicaragua, Wendy Morales al medio Sputnik, tras ser entrevistada en Rusia en el marco de la presente edición del Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
“Tenemos un borrador de un acuerdo, en el cual estamos trabajando en un esfuerzo muy significativo para evitar esos abusos de algunas entidades, de algunos países o Estados”, adelantó Morales.
De acuerdo con la funcionaria sandinista, el acuerdo va a permitir “detener de inmediato” de alguna u otra manera las supuestas arbitrariedades o sanciones unilaterales.
Respecto a las sanciones de EEUU, contra el Centro de Capacitación del Ministerio del Interior de Rusia en Managua, la procuradora expresó que constituyeron una muestra más de las medidas coercitivas unilaterales contra los pueblos.
Además, dijo que Nicaragua trabaja para seguir incrementado la cooperación con Rusia en temas jurídicos, que según críticos esto podría significar la creación de bancos que terminen siendo competencia desleal del sistema financiero actual del país y provocar a Estados Unidos a mediar.
“Las sanciones les duelen”
Al respecto, Darío Medios consultó al economista y exiliado político Juan Sebastián Chamorro quien considera que a esta acción no le ve pies ni cabeza, pues “en caso se diera una acción legal contra las sanciones, tendrían (Ortega y Putin) que demostrar que no son terroristas, que no han violado derechos humanos, que no han cometido crímenes de lesa humanidad, y Putin tendría que demostrar que la agresión a Ucrania no fue una invasión a un estado independiente. Así que cualquiera de las razones con las quieran Putin o Daniel Ortega presentar, se caerían con el peso de la evidencia”, señaló.
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Para Chamorro, “esto evidencia que esta batalla legal no es legal, es política, y solamente están queriendo hacer un frente y porque les duelen las sanciones, de lo contrario, no estaría haciendo esta bulla”, explicó el economista.
En paralelo, según la valoración del politólogo Manuel Orozco, “eso es un procedimiento lógico dentro del círculo de estados forajidos y autoritarios para crear su propio ecosistema de reglas, relaciones y decisiones. No es nuevo, ya lo han hecho antes en los tiempos de la URSS cuando los satélities sacaban declaraciones contra Estados Unidos, o contra países que estaban fuera del satélite socialista”.
En este sentido, para Orozco, en terminos prácticos el peso es limitado ya que las sanciones están codificadas desde las Naciones Unidas y cada país tiene un sistema metódico que permite justificar dentro del marco del derecho internacional del por qué un país y un sujeto es objeto de una sanción internacional.
“A diferencia de lo que estas dictaduras sostienen, no es un mecanismo arbitrario sino más bien un proceso de toma de decisiones acompañado de varios pasos, el primero es la constatación de la transgresión, seguido de su documentación exhaustiva, y acompañado de una determinación del tipo de penalización a seguir. Lo que Nicaragua hace, como lo ha hecho Bielorusia y otros países autoritarios y políticamente primitivos es apoyar una acción que hace ruido y trata de crear distracción”, añadió.
De acuerdo con el politólogo, esto es algo parecido al mecanismo de ACH o compensación con un tipo de moneda sin valor internacional signficativo. “Estos países se encuentran a la defensiva, y si bien hacen ruido en período electoral, pero no hacen daño, y mucho menos justicia”, aclaró.
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Por último, el también experto en remesas y director del Diálogo Interamericano enfatizó que en el mundo global, Rusia, Nicaragua y otros treinta países más en el globo, se encuentran en una gran desventaja porque su reconocimiento y reputación internacional está entre las más bajas. “Este tipo de medida sobre sanciones la usan para reposicionarse. Pero cuando la fruta está podrída, pero no está al lado de otra, no puede arruinar la piña”, interpretó Orozco a modo de ejemplo.
