Wilfredo Navarro, su confesión involuntaria revela temor y oportunismo en el régimen sandinista

El diputado tránsfuga Wilfredo Navarro, conocido por haber cambiado de bando político para alinearse con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quedó en evidencia este martes al dejar su micrófono encendido durante una sesión de la Asamblea Nacional, en la que sin querer expresó sus verdaderos temores ante el autoritarismo que él mismo defiende.

ESCENARIO NACIONALNACIÓNPOLÍTICA

Darío Medios

8/6/20252 min read

El diputado tránsfuga Wilfredo Navarro, conocido por haber cambiado de bando político para alinearse con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quedó en evidencia este martes al dejar su micrófono encendido durante una sesión de la Asamblea Nacional, en la que sin querer expresó sus verdaderos temores ante el autoritarismo que él mismo defiende.

Mientras se discutía la nueva reforma constitucional impulsada por Murillo, en el marco de la ley “Todos contra la Corrupción”, Navarro, en tono coloquial y visiblemente nervioso, dejó escapar frases que desnudan su hipocresía política y confirman que su lealtad al sandinismo es una estrategia de mera supervivencia.

“Si estuviera en la oposición… ya estaría preso. El salvaje”, murmuró, sin darse cuenta de que todos los micrófonos seguían abiertos. En su monólogo involuntario, Navarro incluso expresó compasión por figuras políticas como el expresidente Arnoldo Alemán, a quien él mismo traicionó en el pasado, comparando su situación con la represión actual del régimen: “El pobre Arnoldo… si estuviera volando, ya estaría preso.”

El incidente dejó al descubierto no solo el oportunismo de Navarro, sino también una verdad incómoda dentro del aparato oficialista: la represión ha logrado silenciar cualquier forma de disenso, incluso dentro de sus propias filas. Al admitir que solo se mantiene libre por estar alineado con el poder, el diputado dejó claro que en Nicaragua no hay espacio para la oposición ni para el pensamiento independiente.

¿Habrá consecuencias?

La confesión del llamado “diputado camaleón” ha generado rumores sobre posibles represalias internas. En un contexto político donde cualquier palabra fuera del guion puede interpretarse como traición, la pregunta es inevitable: ¿Lo perdonará Rosario Murillo? La codictadora, reconocida por su férrea vigilancia sobre los funcionarios del régimen, podría interpretar la “honestidad involuntaria” de Navarro como una amenaza o una deslealtad.

Algunos analistas señalan que el desliz podría marcar el principio del fin para el diputado, quien hasta ahora había sabido nadar en las aguas turbias del poder. El episodio refleja el clima de miedo y control absoluto que impera en la Asamblea Nacional, donde ni siquiera los más leales están a salvo de la paranoia del régimen.