En menos de dos meses después de su abrupto cierre, Voice of America (VOA) inicia su reactivación, impulsada por un fallo judicial que declaró ilegítimo el apagón ordenado por la administración de Donald Trump.

La emisora, financiada por el gobierno de Estados Unidos y símbolo del periodismo internacional del país, retoma operaciones bajo la dirección de una figura inesperada: Kari Lake, aliada del expresidente y férrea crítica de la agencia, a la que en marzo calificó como “irrecuperable”.

En un memorando enviado el viernes por la noche, Lake informó al personal sobre el regreso a las actividades: “Esperamos trabajar con todos ustedes”, escribió a quienes habían sido apartados de forma repentina tras el cierre.

El cambio de rumbo responde a una serie de decisiones judiciales. Un memorando del Departamento de Justicia, también emitido el viernes, indicó que cerca de 1.400 empleados y contratistas de VOA y de la Agencia de Medios Globales de Estados Unidos (USAGM) ya recuperaron acceso a sus sistemas institucionales y cuentas de correo electrónico.

Según ese documento, el personal podrá reincorporarse a sus oficinas a partir de la próxima semana, momento en el que se prevé también la reanudación de la programación habitual de la emisora. Consultada por CNN, la USAGM declinó hacer comentarios.

Una desconexión abrupta

El apagón se produjo el 15 de marzo, luego de una orden ejecutiva de Trump que buscaba recortar drásticamente las operaciones de la USAGM y otras agencias similares. En medio de turnos activos, los trabajadores fueron instruidos a abandonar sus labores; los sitios web dejaron de actualizarse y varias emisoras reemplazaron sus noticias por música. Desde entonces, la página web de VOA permanece congelada con contenido del mismo día.

El corte también afectó a otras emisoras históricamente financiadas con fondos federales, como Radio Free Europe/Radio Liberty y Radio Free Asia. Algunas lograron mantenerse al aire en capacidad limitada, aunque los recortes presupuestarios forzaron despidos y reducciones operativas.

“Sacarla del coma”

Steve Herman, corresponsal nacional jefe de VOA, advirtió sobre los desafíos del retorno: “Resucitar a VOA de un coma profundo requerirá un esfuerzo hercúleo de nuestros casi 50 servicios en distintos idiomas para intentar recuperar parte de los 340 millones de audiencia que teníamos antes del cierre”. Además, lamentó que “el público nunca recibió una explicación oficial sobre la interrupción de sus transmisiones”.

El fallo judicial que marcó el punto de quiebre

El 22 de abril, el juez federal Royce C. Lamberth dictaminó que la administración Trump probablemente violó múltiples leyes federales y ordenó la reincorporación inmediata del personal de VOA. Aunque se trata de una orden preliminar —actualmente apelada—, una corte de apelaciones revocó decisiones similares que afectaban a Radio Free Asia y Radio Free Europe, pero mantuvo vigente la medida a favor de VOA.

Ese dictamen habría sido el detonante del memorando difundido el viernes anunciando el retorno de actividades.

Un cambio de tono inesperado

En marzo, el expresidente Trump emitió un comunicado en el que acusaba a la USAGM de cometer “violaciones masivas a la seguridad nacional”, incurrir en “gasto excesivo obsceno” y difundir contenidos que “parodian los argumentos de los adversarios de Estados Unidos”. En ese mismo tono, Lake había declarado estar feliz de “autoeliminarse del trabajo”.

Sin embargo, la reciente decisión judicial que reafirma que el Congreso tiene la autoridad legal para crear y financiar estas emisoras parece haber moderado el discurso. “En los próximos días recibirán instrucciones de la gerencia sobre los pasos a seguir para modernizar la agencia y cumplir con su misión”, expresó Lake en su último comunicado.

A pesar del reinicio, algunos empleados consultados por CNN se mantienen cautelosos. Recuerdan con desconfianza la hostilidad que la administración anterior mostró hacia los medios públicos internacionales.