Trump amenaza con un “ataque terrestre inminente” contra redes del narcotráfico en Venezuela

Con un lenguaje inusualmente crudo, Trump eleva la tensión geopolítica y advierte que Estados Unidos está listo para actuar contra las redes criminales que operan bajo el régimen de Maduro.

MUNDOPOLÍTICA

DaríoMedios Internacional

12/4/20254 min read

La advertencia más dura de Trump contra el narcoestado venezolano

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este lunes su mensaje más agresivo hasta la fecha contra las estructuras del narcotráfico vinculadas al régimen de Nicolás Maduro. Frente a periodistas en Washington, el mandatario afirmó que un “ataque terrestre inminente” está bajo evaluación seria, marcando un giro drástico en la estrategia estadounidense hacia Venezuela.

Trump aseguró que su administración está preparada para actuar si se determina que las redes criminales representan una amenaza directa para la seguridad nacional. Esta frase, según analistas, no es retórica: es la antesala de un cambio estratégico que podría desembocar en una intervención sin precedentes contra un gobierno latinoamericano señalado como narcoestado.

Las declaraciones no solo ponen contra las cuerdas a la cúpula chavista, sino que también envían un mensaje a los aliados del régimen venezolano, incluyendo la dictadura sandinista de Daniel Ortega, a quien Washington ha acusado repetidamente de permitir el uso del territorio nicaragüense como corredor de narcotráfico.

“Lo sabemos todo sobre ellos”: inteligencia estadounidense apunta al corazón del Cartel de los Soles

Trump aseguró que Estados Unidos cuenta con inteligencia precisa, verificable y de alto nivel sobre la estructura, rutas y operaciones de los grupos criminales venezolanos, incluyendo al Cartel de los Soles.

De acuerdo con fuentes cercanas al Departamento de Defensa, la Casa Blanca ha recibido informes detallados sobre operaciones aéreas, marítimas y terrestres que vinculan a altos mandos militares venezolanos incluidos generales y funcionarios del círculo íntimo de Maduro con el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, Centroamérica y Europa.

Trump afirmó que esta información permitiría ejecutar “acciones directas” con rapidez quirúrgica. Un ataque terrestre, explicó, tendría como objetivo desmantelar laboratorios, rutas fronterizas, pistas clandestinas y centros de resguardo de cargamentos.

La contundencia de sus palabras sugiere que Washington ya mapeó la estructura criminal en su totalidad. “Lo sabemos todo sobre ellos”, insistió, apuntando que la operación no sería improvisada, sino resultado de años de recolección de datos y seguimiento satelital.

Un lenguaje sin filtros: la frase que encendió el tablero político

La declaración de Trump se volvió aún más explosiva cuando el mandatario utilizó un lenguaje inusualmente crudo para referirse a las redes criminales operativas en Venezuela. “Vamos a acabar con esos hijos de perra”, dijo sin titubeos, rompiendo el tono diplomático habitual de la Casa Blanca y dejando claro que su discurso apunta a intimidar directamente a los cabecillas del narcotráfico venezolano.

La frase que ya circula ampliamente en plataformas internacionales refleja no solo la irritación de Washington con el avance del narcotráfico bajo el régimen de Maduro, sino también la postura política de Trump: una narrativa de fuerza, diseñada para enviar un mensaje interno y externo de determinación absoluta.

Un conflicto que se escala: ultimátum incumplido y creciente presión militar

La advertencia se produce poco después de que Estados Unidos diera un ultimátum a Maduro para abandonar el poder y permitir una transición democrática, algo que el régimen chavista ignoró.

En paralelo, el Pentágono ha incrementado su presencia en el Caribe y ha reforzado su cooperación con Colombia, Brasil y Guyana, países que comparten fronteras o tensiones directas con Venezuela.

El despliegue incluye:

  • buques de guerra,

  • aeronaves de reconocimiento,

  • patrullaje antidrogas intensificado,

  • operaciones conjuntas con aliados,

  • y el monitoreo de zonas controladas por grupos armados venezolanos.

Este contexto militar refuerza la percepción de que Estados Unidos se está preparando para acciones más decisivas, especialmente ante la falta de avances diplomáticos.

El Cartel de los Soles en la mira: corrupción, cocaína y crímenes de Estado

Washington sostiene que el régimen de Maduro no solo permite, sino que administra múltiples actividades del narcotráfico a través del Cartel de los Soles, una red integrada por militares, ministros, gobernadores y jefes de inteligencia que operan como una mafia estatal.

Los cargos incluyen:

  • tráfico de cocaína,

  • lavado de dinero,

  • protección a cárteles colombianos,

  • operaciones con grupos irregulares,

  • y el uso del narcotráfico para financiar la represión interna.

El Departamento de Justicia ha ofrecido recompensas multimillonarias por la captura de figuras clave del régimen, algo que ya coloca a Venezuela en una categoría excepcional en política internacional.

Aliados bajo presión: Nicaragua observa con preocupación

Las palabras de Trump también agitan las alarmas en Nicaragua, donde la dictadura de Ortega-Murillo ha sido señalada como ruta clave del narcotráfico regional. Washington ha advertido que cualquier país que facilite operaciones criminales o coopere con estructuras narcoestatales podría convertirse en objetivo de la estrategia estadounidense.

Para Managua, el mensaje es claro:
si Venezuela cae, las miradas se moverán hacia los países que siguen permitiendo actividades criminales o alianzas con el chavismo.

¿Intervención en puerta? El tablero latinoamericano entra en su fase más tensa

Aunque Trump no reveló fechas, alcance operativo ni número de tropas involucradas, su mensaje encaja con un patrón de escalamiento sostenido: Estados Unidos pasa de advertencias verbales a amenazas concretas, y de sanciones a posibles operaciones militares.

El continente entra así en una fase delicada:

  • un narcoestado señalado,

  • una red criminal en expansión,

  • países aliados que temen efectos colaterales,

  • y un Washington que ya no descarta la fuerza terrestre como herramienta de política exterior.

Lo que está claro es que la advertencia no fue improvisada. Es parte de un mensaje estratégico: si el narcotráfico se convirtió en política de Estado, entonces la respuesta de Estados Unidos también escalará al nivel de amenaza que representa.