Los tres grandes defensores del sandinismo muertos por Rosario Murillo
Tres grandes sandinistas y defensores de la dictadura, murieron por la indolencia de Rosario Murillo, quien apresó a dos de ellos para silenciarlos. El último caso es el de la diputada Gladys Báez, quien murió al verse frustrada por no poder sacar de la cárcel a su único hijo, el paramilitar Camilo Báez.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios 6
3/12/20253 min read


Hay tres muertes que militantes sandinistas adjudican en silencio a la intransigencia y falta de clemencia de Rosario Murillo. El deceso del General en Retiro Hugo Torres, la muerte de Humberto Ortega y ahora la muerte de la diputada Gladys Báez, tres personas cuyas muertes pesan en la conciencia de la codictadora y la militancia habla de ello en voz baja.
Cuando se habla del deceso de Hugo Torres, es imposible no pensar en la falta de piedad con quien fuera líder de la revolución sandinista. Torres murió el sábado 12 de febrero de 2022, ocho meses después de ser convertido en preso político por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Los familiares del conocido “Comandante uno” oficializaron la muerte de Torres, quien murió en condición de desaparición forzada a los 73 años de edad. La dictadura no le permitió a sus familiares estar con el exguerrillero en su lecho de muerte.
El general retirado del ejército fue acusado por el supuesto delito de traición a la patria, pero hay quienes sostienen que el traicionado fue él, porque tras luchar junto a Daniel Ortega para derrocar a la dictadura somocista, y luego de ayudar a liberar al mismo Ortega en 1974, aún después esto lo mandaron a morir.
El odio de Rosario Murillo hacia Hugo Tórrez era infundado. En algunas entrevistas se pudo escuchar decir a Hugo Torres: que Rosario Murillo era tan terrible como Daniel Ortega, e incluso con más dureza sostenía: que Rosario Murillo, encarnaba lo más detestable del ser humano.
Murillo hizo pagar con muerte las críticas de Hugo Torres. Los militantes que guardaban alguna estima por el general retirado ni siquiera se atrevían a pedir clemencia ante la presidencia, pues temían correr con la misma suerte.
Murillo es responsable de la muerte de HOS
La codictadora Rosario Murillo también acabó con la vida de su cuñado Humberto Ortega, el hermano menor de su esposo, el codictador Daniel Ortega.
El ex jefe del Ejército de Nicaragua no simpatizaba con Rosario, y en su última entrevista a Infobae dijo que ni Murillo ni ninguno de sus hijos podrían suceder a Daniel Ortega ante su muerte.
El militar retirado pagó con su vida al ningunear y relegar el liderazgo que Rosario Murillo cree que tiene.
Después de esa entrevista, la codictadora aisló a Humberto Ortega, a pesar de los graves problemas coronarios lo desvinculó, luego en solitario los envió al hospital, y después de eso nadie más lo vio con vida.
Antes de morir, Humberto logró enviar un audio, donde se declaró preso político de su hermano y responsabilizó a su cuñada por un desenlace fatal que ya alertaba. Sentía a la muerte de cerca. Su salud se iba deteriorando y al parecer no había atención médica oportuna, a pesar de estar en el hospital propiedad del Ejército de Nicaragua, institución de la cuál fue fundador y primer jefe.
Humberto no recibió honores, tampoco homenajes póstumos. Fue cremado y sepultado en silencio, en una ceremonia en la que solo habrían participado sus hijos, anunció Rosario Murillo, vocera de la dictadura.
Gladys Báez, férrea defensora de la dictadura
La intransigencia de Murillo ha quedado demostrada de sobra. En una embriagante demostración de poder ha causado muertes y la última de ellas es la Gladys Báez, la eterna diputada que enfermó tras conocer el encarcelamiento de su hijo.
Gladys Báez fue leal al régimen, pero también era leal a su hijo Camilo Báez, quien fue encarcelado por denuncias de corrupción de otros funcionarios sandinistas.
Según fuentes cercanas al régimen Gladys rogó por la liberación de su hijo y no logró nada. Saber que su hijo era condenado la empujó a una hospitalización y a una rápida muerte.
Rosario Murillo es la enemiga que nadie desea tener, con el típico perfil de una megalómana capaz de empujar a otros hacia la muerte.
