Trabajos masivos informales crecen en Managua
A pesar de la presentación optimista del régimen sandinista de Daniel Ortega sobre el mercado laboral nicaragüense la semana pasada
DaríoMedios Internacional
9/10/20244 min read


A pesar de la presentación optimista del régimen sandinista de Daniel Ortega sobre el mercado laboral nicaragüense la semana pasada, la realidad en las calles de Managua cuenta una historia diferente. Mientras las autoridades reportan cifras de desempleo abiertas por debajo del tres por ciento, muchos residentes de la capital dependen de trabajos informales y precarios para su subsistencia.
Entre las principales actividades que han emergido en este contexto están los centros de llamadas, las fritangas y esquinas de pollo asado, las verdulerías, los lavados de autos y la venta de ropa y accesorios a través de redes sociales y sitios web. Y aunque no hay cifras oficiales al respecto, las fuentes de ingresos masivos (generación del producto/servicio, venta, inversión y repetición del proceso) cada vez son más comunes.
Centros de llamadas: un salvavidas incierto
Los centros de llamadas se han convertido en una opción popular para quienes buscan empleo en Managua desde hace varios años, sobre todo entre jóvenes, universitarios y adultos que ejercen al menos dos empleos. Estos centros, que operan en español e inglés, ofrecen oportunidades laborales a quienes tienen habilidades básicas en comunicación, pero las condiciones son a menudo duras. “Esteban”, a quien llamamos así por su seguridad, labora en uno de estos centros, ubicado en un edificio de Carretera a Masaya, y comenta: “El salario es bueno pero las horas son largas. Aunque tenemos un empleo, la presión y el estrés son constantes, y ni comentar sobre tu trabajo te dejan. Es una mini dictadura, aunque te dan tarjetas de regalo para todo”.
“Saber otro idioma y de tecnologías es vital en un país como el nuestro para sobrevivir y comprar comida”, dijo.
Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la tasa de desempleo en julio de 2024 fue del 2.6 por ciento, una mejora significativa desde los niveles más altos de meses anteriores. Sin embargo, el subempleo sigue siendo alto, con un 40.2 por ciento del mercado laboral en esta categoría, especialmente en áreas urbanas como Managua, donde la cifra alcanza el 46 por ciento. Este alto nivel de subempleo refleja la calidad deficiente de muchos de los empleos disponibles, como el trabajo en los centros de llamadas.
Fritangas y esquinas de pollo asado: sobrevivir en la informalidad
Las fritangas y esquinas de pollo asado han proliferado como una solución para la crisis económica que afecta a muchos nicaragüenses. Estos negocios informales no solo proveen una fuente de ingresos a numerosas familias, sino que también ofrecen una opción accesible para los consumidores. Sin embargo, los retos son considerables. Una dueña de una fritanga en Carretera Sur, que prefiere permanecer en el anonimato por seguridad, explica a Darío Medios Internacional desde su humeante negocio: “A pesar de que el negocio va bien, trabajamos largas horas y enfrentamos problemas con la regulación y la falta de acceso a financiamiento. Nos enfrentamos a inspecciones constantes y no siempre podemos cumplir con las normativas”.
Estos pequeños negocios enfrentan dificultades inherentes a la informalidad, como la falta de acceso a crédito y las condiciones laborales precarias. A pesar de ser una fuente vital de empleo y alimento para muchas personas, la seguridad social y las condiciones laborales siguen siendo limitadas.
Fotografía de Voces En Libertad
“Aunque le estamos dando trabajo a varias chavalas -señala con la boca a un grupo de mujeres que dentro del negocio realizan otras labores- desde hace algunos meses, y esperamos poner otro negocio en otro punto, por Ticuantepe”, comentó la fuente, soplando con un cartón el carbón encendido.
Ventas en redes sociales y sitios web: la nueva economía digital
La venta de ropa, accesorios y otros productos a través de redes sociales y sitios web se ha convertido en otra forma importante de generar ingresos en Managua. Esta modalidad permite a muchas personas establecer negocios sin los costos asociados a un local físico. Sin embargo, este tipo de empleo también tiene sus propios desafíos. Una vendedora de ropa en línea, que prefiere no revelar su identidad, comentó sobre varias ventajas de “trabajar por su cuenta”, pero también dice que “el mercado es muy competitivo y a menudo los clientes no cumplen con los pagos, y hasta te pueden asaltar al entregar un pedido. Además, la falta de regulación en el comercio en línea nos expone a riesgos y problemas legales, que nadie responde”.
A pesar del aparente crecimiento en esta área, la falta de estructura y la competencia intensa hacen que estos negocios enfrenten barreras significativas. La informalidad en el comercio en línea también plantea problemas en términos de protección legal y acceso a recursos. En Instagram, en Facebook, en los grupos de WhatsApp y hasta en sitios webs exclusivos para transacciones digitales; las tiendas en línea en Nicaragua, de ropa usada, zapatos, adornos, detalles religiosos o para cumpleaños, y hasta de arreglos florales o de dulces, están creciendo.
“No dejamos de gastar en muchas cosas, porque hasta lo que no necesitamos, lo necesitamos”, sentenció “Ursula”, quien con su hija vende ropa usada “premium”.
“Paga las cuentas, pero es a punta de ingenio y mucho sacrificio”, declaró.
Fotografía de Voces En Libertad
Cifras oficiales vs. la realidad del terreno
A pesar de las cifras oficiales que muestran una tasa de desempleo baja y una alta tasa de ocupación, la realidad en las calles de Managua sugiere una disparidad significativa. El economista Néstor Avendaño señaló esta semana que el mercado laboral de Nicaragua está en una fase de “calentamiento” después de un largo período de estancamiento, pero también advierte sobre la precaria calidad de muchos de los empleos disponibles. La alta tasa de subempleo y la prevalencia de trabajos informales reflejan la brecha entre las estadísticas gubernamentales y la experiencia cotidiana de muchos nicaragüenses.
En resumen, mientras el régimen de Ortega presenta un panorama de recuperación laboral con cifras de desempleo en descenso, la realidad para muchos en Managua es una lucha constante en el ámbito informal. Los centros de llamadas, las fritangas y las ventas en redes sociales representan una forma de supervivencia en un contexto económico desafiante. Estos trabajos informales -que representan ya poco más del 60 % de la fuerza laboral, según economistas independientes- ofrecen una solución temporal, pero la falta de estabilidad y beneficios subraya la necesidad de reformas estructurales para mejorar la calidad del empleo en Nicaragua. La discrepancia entre las cifras oficiales y la realidad en las calles refleja una brecha que debe ser abordada para alcanzar un desarrollo económico inclusivo y sostenible.
Te podría interesar

Contáctanos
Estamos aquí para responder tus preguntas y recibir tus denuncias, escríbenos con confianza