“Tiro por la culata”: indignación sandinista por el encubrimiento a “La Juan Pablo”

La indignación estalló en las propias filas sandinistas. Everth Cárcamo, exdiputado y militante del FSLN, cuestionó la impunidad que el régimen concede a sus allegados, tras el encubrimiento policial al tiktoker “La Juan Pablo”.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

DaríoMedios Internacional

11/6/20252 min read

El exdiputado sandinista Everth Cárcamo, creador del popular programa televisivo La Cámara Matizona, desató una nueva polémica dentro de las filas del oficialismo tras publicar un mensaje crítico en sus redes sociales.

“Cómo duele que un bacanalero tenga inmunidad y un cachorro combatiente no. Tiro por la culata”, escribió en Facebook, en clara alusión al trato privilegiado que el régimen y la Policía Nacional otorgaron al tiktoker Juan Pablo Mexicano Aguilar, conocido como “La Juan Pablo”, luego de protagonizar un grave accidente de tránsito en Managua.

Desencanto en las bases sandinistas

Cárcamo, quien ingresó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde su adolescencia como parte de los llamados “cachorros”, ha mostrado abiertamente su frustración con el rumbo del movimiento.

El exmilitante asegura sentirse desplazado por una nueva élite sandinista enriquecida, que goza de privilegios e impunidad mientras antiguos combatientes viven en el abandono.

En sus publicaciones y videos algunos con tono nostálgico o grabados visiblemente bajo efectos del alcohol, Cárcamo intenta recuperar la voz y notoriedad que tuvo durante sus años de militancia activa, aunque admite conocer los riesgos de criticar al régimen.

El caso que encendió la mecha

El incidente que provocó su molestia ocurrió cuando “La Juan Pablo”, conocido influencer y simpatizante ferviente del régimen, estrelló su camioneta contra una baranda metálica en Managua.

Testigos grabaron al tiktoker escondido entre los matorrales, tambaleante y visiblemente ebrio, tras huir del sitio del accidente y dejar a dos jóvenes gravemente heridos.

A pesar de las evidencias difundidas en redes sociales, la Policía Nacional emitió un comunicado exonerándolo de responsabilidad, asegurando que la prueba de alcoholemia resultó negativa.

Indignación y descrédito

La versión oficial fue ampliamente compartida por los medios propagandísticos del régimen, pero la reacción ciudadana no tardó en llegar: cientos de comentarios acusaron a la Policía de mentir y encubrir a un propagandista sandinista.

El escándalo, que ya trasciende las redes, ha dejado al descubierto la impunidad selectiva que impera en el país: un sistema que protege a los fieles al poder y castiga el disenso, incluso cuando las críticas surgen desde sus propias filas.

Con este nuevo episodio, la Policía sandinista vuelve a quedar desacreditada y ridiculizada ante la opinión pública y ante sus propias bases políticas, que comienzan a resentir los privilegios del círculo más cercano a la familia Ortega-Murillo.