Lidia Carolina Calderón, madre de una menor de 13 años que murió arrastrada por las corrientes en Managua, denunció públicamente a un tiktoker que utilizó su tragedia para ganar fama y dinero.

En un perfil anónimo, el supuesto “influencer solidario” se hizo pasar por familiar de la niña, pidiendo donaciones y seguidores bajo falsas historias de duelo.

Suplantación y dolor

El perfil, identificado como Joshuar Jiménez, se presentó como el padre de la menor y realizó transmisiones en vivo desde el cementerio, apelando a la compasión del público con un relato completamente inventado.

Visiblemente afectada, Lidia Carolina relató su indignación: no solo enfrenta el dolor de perder a su hija, sino también la humillación de ver su tragedia convertida en espectáculo digital.

Videos monetizados y sin control

A pesar de la denuncia, los videos del falso doliente siguen circulando en TikTok. Algunos incluso fueron monetizados, generando ganancias para el impostor.

Usuarios y organizaciones de derechos digitales exigen una investigación por suplantación de identidad y estafa emocional, delitos que cada vez son más comunes en el ecosistema digital.

El negocio del dolor en redes

El caso expone una práctica preocupante en Nicaragua y la región: usar el sufrimiento ajeno como material de entretenimiento.

En un entorno donde la empatía se mide en “likes”, tragedias reales se convierten en herramientas para obtener seguidores, donaciones o notoriedad temporal.