Sin inauguración de paso a desnivel, régimen proclama como “santo” a Hugo Chávez
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo volvió a dejar en evidencia su desorden y opacidad este lunes 28 de julio de 2025, al cancelar por quinta vez y sin explicación oficial la inauguración del paso a desnivel “Comandante Julio Buitrago Urroz”, ubicado en la Carretera Norte de Managua. La obra, anunciada con bombo propagandístico como parte de la ampliación de la Pista Juan Pablo II, ha sido pospuesta una y otra vez desde abril de este año.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
7/29/20252 min read


El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo volvió a dejar en evidencia su desorden y opacidad este lunes 28 de julio de 2025, al cancelar por quinta vez y sin explicación oficial la inauguración del paso a desnivel “Comandante Julio Buitrago Urroz”, ubicado en la Carretera Norte de Managua. La obra, anunciada con bombo propagandístico como parte de la ampliación de la Pista Juan Pablo II, ha sido pospuesta una y otra vez desde abril de este año.
Pese a que Murillo prometió públicamente el viernes 26 de julio que el paso sería inaugurado “saludando también el natalicio” del guerrillero sandinista Julio Buitrago, la ceremonia fue silenciosamente retirada de la agenda sin mención alguna en sus monólogos diarios. La opacidad en torno a los reiterados aplazamientos alimenta las sospechas sobre atrasos técnicos, mala planificación o incluso posibles irregularidades en la ejecución de la obra.
La cancelación del acto inaugural del paso a desnivel no solo expone la incapacidad de gestión del régimen, sino también su obsesión por el culto a la personalidad y la narrativa mesiánica. En lugar de entregar soluciones concretas a una población golpeada por la crisis, Ortega y Murillo optan por rituales políticos donde se mezclan dogmas ideológicos, manipulaciones religiosas y ataques incendiarios al exterior. La obra pública, mientras tanto, sigue en espera.
“Chavez es un santo” asegura Ortega
Mientras la ciudadanía esperaba la apertura de una infraestructura largamente prometida, Ortega y Murillo optaron por un acto político-religioso en conmemoración del natalicio de Hugo Chávez. En un discurso cargado de fanatismo, Ortega elevó al fallecido mandatario venezolano a la categoría de santo y lo comparó con Jesucristo.
“Hugo Chávez es un santo. Nació como santo, se comportó como un santo”, exclamó Ortega, afirmando incluso que Chávez “resucitó como Cristo” y “está vivo en nuestros pueblos”.
Ortega atribuyó las recientes victorias electorales del chavismo a la “intervención divina” de su “comandante eterno”, ignorando que dichas elecciones fueron cuestionadas por la oposición venezolana y organismos internacionales por su falta de transparencia y participación. Según la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), apenas un 40% del electorado participó, en un proceso que tacharon de fraudulento.
Discurso incendiario y doble moral
Durante el mismo evento, Ortega lanzó ataques contra el Gobierno de Estados Unidos, al que acusó de “ladrón” por apropiarse de tierras indígenas. Lo hizo sin mencionar su propio historial confiscatorio: desde 2018, su régimen ha expropiado propiedades a opositores, universidades, organizaciones religiosas y organizaciones sin fines de lucro, consolidando uno de los mayores procesos de despojo desde los años 80 en Nicaragua.
“El presidente de Estados Unidos no tiene ni una gota de sangre indígena, y se cree dueño de tierras que pertenecen a los pueblos originarios”, afirmó Ortega, ignorando las confiscaciones ejecutadas por su administración en Nicaragua.
El dictador también se victimizó por el trato que, según él, reciben los migrantes nicaragüenses en EE. UU., mientras evitó referirse al creciente número de compatriotas deportados, que ya supera los 2,500 en lo que va del año. Tampoco mencionó la falta de políticas de reinserción para estos migrantes retornados.
