Muchos temen volver a experimentar el patrón represivo que vivieron en Nicaragua, denunció a DaríoMedios Internacional, Prilaka. Una fundación defensora de las comunidades afrodescendientes nicaragüenses en el exilio.

De acuerdo con un defensor de derechos humanos, miembro de Prilaka, quien pidió proteger su identidad por razones de seguridad, un sondeo realizado en las comunidades miskitas reasentadas en distintas provincias de Costa Rica reveló que la mayoría de estas personas sufrió algún tipo de represión gubernamental en Nicaragua, situación que las obligó a desplazarse y buscar refugio en este país centroamericano.

“Como fundación, hemos visitado algunos poblados donde se han reasentado nuestros hermanos miskitos en Costa Rica y estamos tratando de identificar los principales problemas que enfrentan. Hasta el momento, hemos detectado que unos 10 mil miskitos no han regularizado su estatus en la Unidad de Refugio porque temen repetir el patrón de violencia y represión que sufrieron por parte de instituciones estatales en Nicaragua”, explicó el defensor de derechos humanos.

El representante también detalló que muchos de los miskitos exiliados llevan más de siete años viviendo en Costa Rica sin contar con un documento otorgado por las autoridades que les permita recibir atención médica, acceder a un empleo formal y, sobre todo, garantizar que los menores puedan estudiar.

“La situación de nuestros miskitos es muy dura. Aún estamos trabajando para crear alianzas con instituciones del Estado costarricense para tratar de contabilizar cuántos hermanos hay exiliados en este país y a qué comunidades pertenecen. Es un trabajo que poco a poco vamos a lograr, porque hay instituciones públicas que nos están abriendo las puertas y mostrando interés en el tema”, señaló el defensor.

El informe preliminar indica que la mayoría de los indígenas nicaragüenses exiliados en Costa Rica vive en condiciones precarias en los cantones de Pavas y Alajuelita, en la provincia de San José, capital de este país centroamericano.