Sacerdote desterrado Sadiel Eugarrios clama al Papa que no olvide a Nicaragua

Eugarrios fue parte del equipo pastoral del monseñor Rolando Álvarez, quien fue preso político del régimen, y conoció de primera mano el rostro más cruel del aparato represivo orteguista.

ESCENARIO NACIONAL

DarioMedios

5/11/20252 min read

El padre Sadiel Eugarrios, uno de los sacerdotes que sufrió cárcel y destierro bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, compartió con Radio Francia Internacional (RFI) un testimonio desgarrador sobre la persecución religiosa en su país y un clamor dirigido al Papa León XIV.

Eugarrios fue parte del equipo pastoral del monseñor Rolando Álvarez, quien fue preso político del régimen, y conoció de primera mano el rostro más cruel del aparato represivo orteguista. Fue recluido en la cárcel de torturas conocida como El Chipote, donde padeció aislamiento y tratos degradantes, antes de ser expulsado de Nicaragua junto a otros religiosos.

En febrero de 2023, la dictadura lo despojó de su nacionalidad y lo exilió forzosamente a Estados Unidos, al desterrarlo junto a 221 presos políticos a Washington. Hoy vive en Roma, desde donde continúa su vocación religiosa mientras estudia y ofrece atención espiritual en hospitales.

“Cuando el avión despegó y vi la capital, supe que dejaba un pedacito de mi corazón ahí”, relató conmovido. Sus palabras reflejan el trauma del destierro y la brutalidad del sistema que ha convertido la fe en un delito en Nicaragua. A pesar del encierro, la fe fue su refugio: “Rezábamos el rosario con servilletas, con papel. La Biblia no nos la daban, pero la fe siempre estuvo presente”, compartió.

Teme persecución contra sus familiares

Desde Europa, Eugarrios mantiene contacto limitado con sus allegados en Nicaragua, conscientes de que cualquier vínculo con figuras religiosas desterradas puede ser castigado por el régimen. Sin embargo, no pierde la esperanza de regresar.

“Vamos a regresar con nuestra familia, con nuestro pueblo”, augura el religioso, quien mantiene la esperanza de que Dios hará el milagro de una nueva Nicaragua.

Ante la elección del nuevo pontífice, el sacerdote pidió Papa León XIV comprometerse con el dolor del pueblo nicaragüense: un pastor “de fe y diálogo” que tenga el valor de mirar hacia una nación sofocada por la represión. “Un paisito pequeño con un pueblo que ama profundamente a Jesús, a la Virgen y al Papa”, describió el cura.

Eugarrios también subrayó que, a pesar de la persecución sistemática, la Iglesia sigue viva en Nicaragua: “La Iglesia en Nicaragua es una iglesia martirial. Pero el pueblo no ha dejado de tener viva su fe”, detalló.

No olvidar a América

Finalmente, hizo un llamado directo al Vaticano a no olvidar a América Latina, una región herida pero aún firme en su espiritualidad: “El pueblo latinoamericano es un pueblo de paz, de amor y de justicia. Y el Papa debe caminar con nosotros”.

En medio del silencio cómplice de muchos actores internacionales, el testimonio de Eugarrios resuena como un acto de resistencia. Como tantos otros desterrados, su palabra es un recordatorio de que la dictadura ha querido callar a la Iglesia, pero no ha logrado apagar su luz.