Rosario Murillo y la eterna juventud

A pocas semanas del 46 aniversario de la Revolución Sandinista, la maquinaria propagandística del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha intensificado su campaña, inundando los medios de comunicación oficialistas y las calles con imágenes que intentan proyectar una imagen de vigor y vitalidad de la pareja dictatorial. Sin embargo, la realidad de los años y el peso del poder parecen ser un obstáculo que los publicistas intentan sortear con herramientas digitales, especialmente en el caso de la codictadora Rosario Murillo.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios

7/16/20252 min read

A pocas semanas del 46 aniversario de la Revolución Sandinista, la maquinaria propagandística del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha intensificado su campaña, inundando los medios de comunicación oficialistas y las calles con imágenes que intentan proyectar una imagen de vigor y vitalidad de la pareja dictatorial. Sin embargo, la realidad de los años y el peso del poder parecen ser un obstáculo que los publicistas intentan sortear con herramientas digitales, especialmente en el caso de la codictadora Rosario Murillo.

Carteles recientemente impresos, difundidos por medios sandinistas, muestran a una Rosario Murillo sonriente, con una dentadura perfecta, blanca, alineada y completa, y un rostro notablemente más liso y con muchas menos arrugas de las que presenta en sus apariciones públicas. Esta "transformación" ha generado comentarios y comparaciones con la imagen real de Murillo, de 74 años, quien en transmisión en vivo y entrevistas luce una dentadura con piezas faltantes y un semblante visiblemente envejecido.

La estrategia de rejuvenecimiento digital no es nueva para el régimen. Hace algunos meses, Daniel Ortega, de 79 años, también fue objeto de un "lifting" similar, con el uso de inteligencia artificial para hacerlo lucir más joven y vital. Ahora, es el turno de Murillo, cuya dentadura ha sido "restaurada" digitalmente, ocultando la pérdida de sus dientes.

Murillo no confía en médicos

Especialistas en odontología han especulado que esta pérdida de piezas dentales podría ser indicio de una infección, de difícil corrección con procedimientos sencillos. Sin embargo, la conocida paranoia de Murillo le impediría confiar en su salud en manos de odontólogos externos, lo que requeriría ceder el poder que ha centralizado. Con un Ortega anciano y enfermo, ella se ha convertido en la figura central del mando, y dejarlo, incluso temporalmente, implicaría depender de un ejército en el que no confía plenamente.

Además de la dentadura, el rostro de Murillo en los carteles aparece "rebosante" y con una mirada "brillante", en contraste con su semblante natural, que a menudo proyecta enojo. Esta discrepancia se suma a las observaciones recientes sobre la salud de la co-dictadora.

La persistencia de estas imágenes "retocadas" en la propaganda oficialista subraya el esfuerzo del régimen por proyectar una imagen de fortaleza y capacidad, a pesar del evidente deterioro físico de sus líderes, quienes cargan sobre sus espaldas el peso de 18 años en el poder, acusación de crímenes de lesa humanidad y una vejez que, para muchos, se vive atormentada por la búsqueda de la justicia internacional.