La dictadora, Rosario Murillo, ha ordenado una investigación a la Procuraduría General de la República (PGR) sobre un grupo de personas que presuntamente habrían actuado como testaferros de Arlen Araceli Mairena, la amiga intima de Daniel Ortega, a quien mantiene en casa por cárcel y quien se encuentra bajo un estricto régimen de vigilancia.

Según fuentes extraoficiales, la lista de investigados es extensa y abarca a individuos de diversos ámbitos. Entre los nombres que se barajan en la investigación se encuentra el de Marvin Ulises Morales Poveda, un estilista de la ciudad de León, conocido en el gremio. Su nombre ha sido vinculado a la situación de Arlen Mairena, y las autoridades estarían revisando las conexiones que este y otros individuos podrían tener con ella.

La orden de investigación se enmarca en una aparente campaña de persecución personal y política contra Arlen Araceli Mairena y su familia. Esta situación refleja el conocido revanchismo de la vicepresidenta Murillo contra aquellos a quienes considera adversarios o traidores.

Vigilada y bajo custodia policial

Arlen Mairena se encuentra bajo arresto domiciliario, con su casa vigilada las 24 horas del día por cuatro custodios. Su libertad de movimiento está severamente restringida: solo tiene permiso para ir al supermercado por un máximo de una hora y media. Esta medida, sumada a la investigación de la PGR, parece ser un mecanismo para ejercer una presión constante sobre ella y su entorno.

Las represalias también han afectado a su familia. Sus dos hijos menores de edad fueron obligados a abandonar la escuela presencial y ahora reciben clases de forma virtual, una situación que, además de la restricción, implica una forma de control sobre el ámbito privado de la familia. La madre de Arlen también se encuentra bajo el mismo tipo de vigilancia.

La nueva investigación de la PGR contra sus supuestos testaferros sugiere que la presión sobre Arlen Mairena no se detendrá. Con esta medida, el gobierno busca desmantelar cualquier red de apoyo que ella pueda tener, extendiendo el cerco a su círculo social y profesional. Este patrón de acciones refleja una estrategia de acoso total que busca aislar y neutralizar por completo a la persona objetivo y a todos los que la rodean.