Rosario Murillo obsesionada despotrica contra DaríoMedios

La dictadura sandinista continúa el ataque vulgar y frontal contra DaríoMedios Internacional.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

DaríoMedios

2/6/20252 min read

La dictadura sandinista continúa el ataque vulgar y frontal contra DaríoMedios Internacional, desesperados por desprestigiar a este medio de comunicación, el servilismo sandinista a través de un lenguaje soez y la difamación intentan censurar a este medio de comunicación, que informa y denuncia la corrupción y los atropellos del sandinismo.

La obsesión de la dictadura sandinista y en particular de Rosario Murillo, en contra de Darío Medios Internacional, la lleva a remontar en contra de esta plataforma de noticias, nuevamente.

A través de su operador político Stalin Bladimir Centeno, el régimen utiliza sus medios de propaganda, para ensañarse una vez más en contra de Darío Medios y de su director Aníbal Toruño Jirón, publicando improperios que nacen de odio desmedido en contra de aquellos que piensan libres y no están a su servicio.

Pero la dirección de este medio de comunicación está empeñada en la defensa de la libertad de expresión, y no hay fuerza que lo detenga.

Así quedó demostrado en el tiempo. Después de que la dictadura sandinista mandara a quemar en el 2018, las instalaciones de Radio Darío, en Nicaragua, las cenizas fueron el abono para que germinara la semilla con la que se yergue frondoso Darío Medios Intencional.

A través de la censura, la difamación, la vulgaridad y el lenguaje soez intentan censurar a este medio, intentan castigarlo por ser la voz de un pueblo que clama libertad, pero también justicia, para víctimas asesinadas por la dictadura, por lo que continuaremos con la labor de denuncia de las atrocidades de Daniel Ortega y sus secuaces.

De Stalin Vladimir, el operario tristemente utilizado para desprestigiar no se puede esperar mucho, es un ser despreciado entre el gremio periodístico y lo ratificaría cualquier sondeo de opinión entre comunicadores, incluso entre propagandistas del mismo régimen.

En sus esfuerzos por acaparar la atención a cualquier costo, Centeno dice y réplica cualquier torpeza, sintiendo incluso orgullo por las bajezas que comenta.

¡No Stalin! ¡No Rosario!, la credibilidad se cultiva, se nutre, crece, la credibilidad no se exige, ni se vende.