Régimen ejecuta barrida masiva en CSJ
La mañana de este lunes, arrancó con los portones cerrados de la Corte Suprema de Justicia en Managua y decenas de trabajadores judiciales despedidos sin explicación.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
DaríoMedios Internacional
10/27/20251 min read


Portones cerrados y vigilancia policial desde el amanecer
Los colaboradores de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua (CSJ) amanecieron con los accesos al recinto judicial bloqueados por agentes policiales y funcionarios que verificaban listas de nombres.
Decenas de empleados no pudieron ingresar a su lugar de trabajo y recibieron despidos sin previo aviso, según confirma personal del propio sistema que habló bajo condición de anonimato.
Despidos sigilosos para evitar filtraciones
La nueva táctica del régimen sandinista para “limpiar” el Poder Judicial incluye avisos telefónicos durante el fin de semana, cartas inexistentes y la eliminación de indemnizaciones.
Los empleados despedidos no reciben explicaciones, lo que genera un ambiente de miedo y silencio dentro de los pasillos judiciales.
Caen figuras del sistema judicial
Entre los cesados está el juez Félix Salmerón, ex titular del Juzgado Quinto Distrito Penal de Juicio de Managua, conocido por condenar a presos políticos en procesos con acusaciones fabricadas.
También figura en la lista Kenthyn Téllez y Lener Steven Sandoval, este último yerno de un alto funcionario judicial, ambos detenidos por cargos de “corrupción no autorizada”.
Control absoluto: la justicia bajo llave
La purga, considerada una de las mayores de los últimos años en el sistema judicial nicaragüense, refuerza el control del Daniel Ortega y Rosario Murillo sobre la esfera de la justicia.
Con despedidos, detenidos y filtraciones que se controlan desde arriba, ninguna plaza parece segura. Fuentes cercanas al proceso advierten que “ningún empleado judicial está a salvo”.
Una señal de alerta institucional
El operativo no solo afecta a los empleados “caídos”, sino que lanza un mensaje claro al funcionalismo público: lealtad o exclusión. En tiempos donde la persecución política se mezcla con la administración estatal, el sistema judicial se convierte en mecanismo de represión y control más que en garante de derechos.
Los funcionarios saben que hoy pueden firmar sentencias a favor del régimen y mañana ser ellos las víctimas, en Nicaragua, el poder ya no se ejerce desde la ley, sino desde el miedo.


