Régimen "dobla y repica" con la reforma que prohíbe la doble nacionalidad
Porras aseguró que la polémica medida de eliminar la doble nacionalidad, no tendrá aplicación retroactiva, se aplicara solamente después de ser aprobada en segunda legislatura. Una declaración que surge en medio de una ola de condenas nacionales e internacionales por el intento de despojar de la nacionalidad a miles de nicaragüenses.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
5/20/20252 min read


La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de operador político Gustavo Porras, quien es presidente de la asamblea sandinista, ha intentado apagar el incendio generado por la reciente reforma a la Constitución Política que elimina la doble nacionalidad.
Porras aseguró que la polémica medida de eliminar la doble nacionalidad, no tendrá aplicación retroactiva, se aplicara solamente después de ser aprobada en segunda legislatura. Una declaración que surge en medio de una ola de condenas nacionales e internacionales por el intento de despojar de la nacionalidad a miles de nicaragüenses.
“Dentro de los derechos individuales está el de que la ley no es retroactiva, a menos que sea a favor del reo. Entonces eso está clarísimo, claro es un eje para crear inestabilidad… y dijimos los que tienen doble nacionalidad o triple, pueden estar tranquilos” Aseguro Porras justificando su cambio de posición ante la interpretación de las reformas.
La maniobra de Porras busca mitigar el escándalo de la utilización de una ley como herramienta de represión política. Pero la explicación llega tarde y no minimiza la naturaleza transgresora de la reforma. La advertencia es clara para los nicaragüenses que buscan legalizar su estatus en el extranjero: la dictadura tiene la potestad de despojarles de su nacionalidad de origen.
Presión de la ciudadanía y comunidad internacional
La declaración de Porras, para algunos actúa como un "apagafuegos", es interpretada como una concesión táctica del régimen ante la presión ejercida por la ciudadanía, organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional, quienes advirtieron de las graves consecuencias de aplicar la reforma.
No obstante, la aparente flexibilización viene acompañada de una frase inquietante: "las circunstancias pueden cambiar". Esta ambivalencia sandinista deja entrever que, aunque por el momento la retroactividad no se aplica, la posibilidad de utilizar esta ley a discreción contra opositores sigue siendo una amenaza latente.
“el Frente Sandinista, la Presidencia van a tomar sus decisiones de acuerdo a cada momento, lo que es hoy, pudiera ser que no sea mañana, lo que sí está claro, que las decisiones que tomemos hoy son bases para las que vamos a tomar mañana” indicó el operador del régimen en un juego ambiguo de palabras, evidenciando que gobiernan a gusto y antojo de los dictadores.
La preocupación es palpable entre quienes ya han sido despojados de su nacionalidad o enfrentan procesos similares, pues la medida se suma a una serie de acciones que han llevado al despojo de facto de la identidad a ciudadanos críticos del gobierno, incluso antes de la aprobación de esta ley. No todos han sido acogidos por una nación y se encuentran en un limbo migratorio.
