Detención en Ocotal y traslado a El Chipote

Leonardo Rosales Frixione, hijo del fallecido exmagistrado sandinista Francisco Chicon Rosales, fue detenido el 24 de diciembre en la ciudad de Ocotal, al norte del país, según confirmaron fuentes policiales y familiares.

La Policía sandinista lo señala por corrupción y tráfico de influencias, en actividades que no contarían con el aval del actual círculo de poder Ortega-Murillo. De acuerdo con información preliminar, Rosales Frixione habría sido trasladado al complejo policial de El Chipote, en Managua, aunque hasta el momento no se ha informado oficialmente su paradero exacto ni los detalles formales de la acusación.

Una familia protegida por el poder

Fuentes vinculadas al entorno de la familia Frixione aseguran que, durante años, esta operó como una estructura de tipo mafioso a escala nacional, amparada en los contactos políticos y judiciales heredados de su padre, quien fue considerado un operador clave del régimen Ortega-Murillo dentro de la Corte Suprema de Justicia.

Esa red de protección permitió que los miembros de la familia actuaran con amplios márgenes de impunidad, beneficiándose de influencias en el sistema judicial, policial y administrativo del Estado.

Tres hijos detenidos o señalados

Con la detención de Leonardo Rosales Frixione, ya son tres los hijos del exmagistrado sandinista que han caído en desgracia.
El pasado 2 de octubre, su hermano David Rosales Frixione fue arrestado por su presunta vinculación a un conflicto y tentativa de despojo de propiedades mineras de capital chino, en un entramado donde figura como socio Laureano Ortega Murillo.

Antes, en 2023, Daniel Rosales Frixione, otro de los hermanos, fue responsable de un accidente de tránsito fatal en el que murieron dos personas. Pese a la gravedad del hecho, no cumplió ni un solo día de cárcel, evidenciando la protección de la que gozaba la familia.

Fin de una impunidad histórica

Analistas interpretan estas detenciones como parte de una reconfiguración interna del poder, donde Rosario Murillo busca desmantelar redes heredadas del sandinismo histórico que ya no responden a la actual lógica de control absoluto del régimen.

La caída de los Rosales Frixione confirma que la lealtad pasada no garantiza protección presente y que antiguos operadores del sistema judicial sandinista han pasado de ser aliados a convertirse en piezas prescindibles dentro de la estructura de poder.

El arresto de Leonardo Rosales Frixione marca un nuevo capítulo en la cacería interna del régimen Ortega-Murillo contra antiguos operadores y sus familias.
La impunidad que durante años rodeó a la familia del exmagistrado Francisco Chicon Rosales parece haber llegado a su fin, en un contexto donde el poder se concentra cada vez más en manos del círculo familiar gobernante y no admite centros de influencia paralelos.