Régimen de Ortega impide ingreso a influencer colombiana en nuevo acto de censura digital
Chávez fue detenida por agentes migratorios en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, al sur del país, donde se le notificó que no se le permitiría el ingreso. “Desafortunadamente no pude ingresar a Nicaragua, por temas internos del país. Como soy creadora de contenido, ellos consideran que puedo ser una amenaza”, relató la influencer en un video publicado en sus redes sociales.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
7/9/20252 min read


La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo prohibió el ingreso a Nicaragua de la influencer colombiana Angélica Chávez, conocida en redes sociales como Soy Angélica Chávez, en un nuevo acto de censura dirigido contra voces independientes que escapan al control estatal.
Chávez fue detenida por agentes migratorios en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, al sur del país, donde se le notificó que no se le permitiría el ingreso. “Desafortunadamente no pude ingresar a Nicaragua, por temas internos del país. Como soy creadora de contenido, ellos consideran que puedo ser una amenaza”, relató la influencer en un video publicado en sus redes sociales.
Aunque Chávez no tiene historial político ni actividad opositora, su presencia en redes sociales y su capacidad de documentar y comentar su paso por distintos países fueron razones suficientes para ser vetada. Este tipo de represión contra creadores de contenido se suma a la política sistemática del régimen de censurar toda voz no alineada con su narrativa oficial.
Influencers bajo sospecha
Desde 2021, la dictadura ha intensificado su control informativo: ha cerrado medios de comunicación independientes, criminalizado el periodismo y restringido el acceso a prensa extranjera. A ello se suman las reformas migratorias aprobadas en 2024, que permiten negar el ingreso o salida del país por “razones de seguridad nacional”, sin orden judicial ni explicación legal.
Chávez no es la única creadora de contenido vetada por el régimen. En febrero pasado, las autoridades negaron la entrada a la influencer y piloto nicaragüense Anielka Espino, también sin ofrecer razones. Casos similares se han registrado contra otras creadoras como Valeria Sánchez y Odalys Fernández, según reportes de medios nacionales.
El régimen ve en plataformas como TikTok, YouTube o Instagram un canal de riesgo: sus mensajes tienen amplio alcance entre los jóvenes y escapan a la censura tradicional aplicada a los medios convencionales. Han sido pocos los creadores de contenido que han logrado burlar el hermetismo del régimen o son muy cuidadosos con su contenido.
Control absoluto de la narrativa
El gobierno de Ortega y Murillo ha construido una política de silencio forzado. Más de 450 personas entre periodistas, defensores de derechos humanos, artistas y ciudadanos comunes han sido impedidas de ingresar a su propio país o han sido forzadas al exilio.
La decisión de vetar a Angélica Chávez ilustra el temor del régimen a cualquier creador de contenido que muestre la realidad del país sin su filtro propagandístico. Mientras continúa promoviendo una imagen de “normalidad” ante organismos internacionales, la represión contra toda forma de expresión sigue expandiéndose.
Nicaragua se ha convertido en un territorio hostil no solo para periodistas, sino también para viajeros, influenciadores y ciudadanos globales que, con un teléfono en la mano, podrían mostrar al mundo lo que la dictadura intenta ocultar.
