Régimen de Ortega acusado de intento de secuestro contra bloguero israelí

El reconocido bloguero de viajes israelí, Alexander Lapshin, denunció un intento de secuestro por parte del régimen sandinista en la frontera entre Nicaragua y Honduras, el pasado 2 de julio. En entrevista con el diario La Prensa, Lapshin relató cómo, junto a su esposa e hija de 10 años, fue retenido durante tres horas por supuestos agentes de inteligencia del régimen de Daniel Ortega, quienes los interrogaron, les confiscaron los pasaportes y los acusaron de espionaje.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios

7/11/20252 min read

El reconocido bloguero de viajes israelí, Alexander Lapshin, denunció un intento de secuestro por parte del régimen sandinista en la frontera entre Nicaragua y Honduras, el pasado 2 de julio. En entrevista con el diario La Prensa, Lapshin relató cómo, junto a su esposa e hija de 10 años, fue retenido durante tres horas por supuestos agentes de inteligencia del régimen de Daniel Ortega, quienes los interrogaron, les confiscaron los pasaportes y los acusaron de espionaje.

Lapshin, conocido por sus crónicas de viaje a países de difícil acceso, intentaba cruzar Nicaragua en ruta hacia Costa Rica. Sin embargo, al llegar al punto fronterizo, las autoridades migratorias los obligaron a bajar del autobús y comenzaron un interrogatorio plagado de absurdos y acusaciones infundadas. El bloguero afirmó que los agentes mostraron un notable descontento al ver sus pasaportes israelíes, lo que incrementó la tensión del momento.

Durante el tiempo que estuvieron detenidos, Lapshin fue señalado como espía e incluso como miembro del ejército de Israel. Además, otros turistas incluyendo ciudadanos checos también fueron rechazados en la frontera. El bloguero sospecha que el régimen intentaba convertir a su familia en moneda de cambio: “Sospecho que Ortega quería tomar como rehenes a unos turistas israelíes para chantajear a Israel y exigir algo a cambio”, comentó.

Régimen revisa redes sociales de viajeros en la frontera

El detonante del acoso, según Lapshin, fue su actividad en redes sociales. Un agente de inteligencia habría revisado su cuenta de Facebook, donde el bloguero ha publicado mensajes de apoyo a Israel en medio de la guerra con Irán, lo que habría encendido aún más las sospechas del régimen.

Aprovechando un descuido de los agentes, la familia logró recuperar sus pasaportes y huir a pie hacia territorio hondureño, dejando parte de su equipaje atrás. Lapshin, quien en su juventud soviética simpatizaba con la revolución sandinista y alguna vez cantó canciones en su honor, aseguró sentirse hoy “avergonzado” de esa visión romántica. “Nicaragua está secuestrada por un dictador”, sentenció.

Este nuevo incidente se suma a una larga lista de casos en que el régimen de Ortega ha cerrado sus fronteras a periodistas, creadores de contenido, defensores de derechos humanos y figuras críticas, reforzando el patrón de censura y hostilidad hacia voces independientes. A pesar del trauma vivido, Lapshin no descarta regresar a Nicaragua, pero advierte: “Solo cuando este régimen criminal desaparezca.”

Temor a creadores de contenido

En los últimos años, el régimen de Daniel Ortega ha intensificado la censura y el control sobre las voces independientes, extendiendo su represión también a creadores de contenido e influencers internacionales. El caso del bloguero israelí Alexander Lapshin no es un hecho aislado. A inicios de julio, la periodista e influencer colombiana Angélica Monsalve también fue impedida de ingresar a Nicaragua sin que se le diera explicación oficial.

Monsalve, con miles de seguidores en redes sociales, había expresado su interés en conocer el país, pero las autoridades migratorias simplemente le negaron la entrada en el aeropuerto internacional. Estos episodios reflejan una política deliberada del régimen sandinista para mantener bajo estricto control la narrativa internacional sobre Nicaragua, cerrando sus fronteras incluso al turismo cuando se trata de figuras con capacidad de comunicar de forma independiente.

La negativa de ingreso a influencers, periodistas y blogueros confirma el temor del oficialismo a ser expuesto ante el mundo por la sistemática represión, el deterioro institucional y la falta de libertades que caracterizan hoy al país.