Periodista Jennifer Ortiz, frente a amenazas y un sistema carente de protección

La periodista nicaragüense y directora del medio digital Nicaragua Investiga denunció que, tras recibir amenazas de muerte, las autoridades costarricenses le recomendaron abandonar el periodismo y eliminar el trabajo investigativo que ha sostenido durante casi una década.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

DaríoMedios Internacional

11/12/20253 min read

La periodista Jennifer Ortiz, exiliada en Costa Rica y directora del medio digital Nicaragua Investiga, denunció haber recibido una respuesta alarmante y decepcionante de las autoridades costarricenses, luego de acudir en busca de protección por amenazas de muerte relacionadas con su labor periodística por parte de la maquinaria represora de la dictadura sandinista.

En lugar de recibir medidas de seguridad, la Unidad de Protección de Testigos del Ministerio Público, le recomendó dejar el periodismo, borrar su trabajo y desaparecer de la esfera pública. Una respuesta que, más que protección, simboliza el abandono institucional hacia quienes ejercen el periodismo en el exilio.

Amenazas que cruzan fronteras

Según información obtenida por DaríoMedios Internacional, las amenazas contra Ortiz se intensificaron en los últimos meses, luego de que una fuente vinculada al Frente Sandinista le advirtiera sobre la existencia de una lista de periodistas nicaragüenses “bajo observación” en territorio costarricense.

La periodista acudió a las autoridades costarricenses, con la esperanza de recibir respaldo y garantías de seguridad. Sin embargo, la respuesta fue un simple “análisis de riesgo”, acompañado de una recomendación insólita: renunciar al periodismo y borrar el trabajo de investigación que su medio ha producido durante casi ocho años.

Fuentes cercanas al proceso confirmaron que los funcionarios justificaron la medida señalando la falta de fondos y personal especializado para atender casos de comunicadores en peligro. En su lugar, ofrecieron acompañamiento psicológico, una propuesta que Ortiz rechazó con dignidad, subrayando que la seguridad no se garantiza con silencio, sino con acciones concretas.

Una trayectoria que sostiene la verdad

Con más de 18 años de experiencia en medios de comunicación, Jennifer Ortiz ha construido una trayectoria marcada por el rigor, la ética y el liderazgo. Desde la fundación de Nicaragua Investiga en 2017, ha dirigido un equipo de periodistas que ha documentado los abusos de poder, la corrupción estatal y la represión contra la prensa independiente, incluso bajo las condiciones más adversas.

Nicaragua Investiga nació en el entorno digital, en un momento en que el periodismo nicaragüense enfrentaba la censura, la persecución judicial y el cierre de medios tradicionales.

Su existencia y persistencia representan la nueva generación de periodismo independiente que se rehúsa a desaparecer, que se reinventa en plataformas digitales y que continúa investigando a pesar del acoso transnacional, las amenazas y la indiferencia de los sistemas de protección.

Ortiz ha combinado su experiencia en televisión, prensa y producción audiovisual con una mirada moderna y crítica sobre la comunicación, consolidándose como una referente del periodismo de investigación.

Vacío institucional

El caso de Jennifer Ortiz evidencia la falta de mecanismos reales de protección para los periodistas nicaragüenses exiliados en Costa Rica, país que durante décadas fue reconocido por su tradición democrática, hospitalidad y respeto a la libertad de prensa.

Sin embargo, esa imagen se ha visto erosionada en los últimos años ante la creciente llegada de comunicadores y defensores de derechos humanos que, al huir de la represión en Nicaragua, se enfrentan a una nueva forma de vulnerabilidad: la desprotección institucional.

A pesar de las reiteradas advertencias de organismos internacionales, Costa Rica carece de protocolos específicos para atender a periodistas amenazados o perseguidos políticamente.

Los mecanismos de asilo y refugio se han vuelto insuficientes y las oficinas estatales encargadas de la seguridad personal suelen responder con evaluaciones de riesgo genéricas, sin ofrecer medidas concretas ni acompañamiento sostenido.

Este vacío administrativo deja en evidencia una contradicción profunda: el país que alguna vez fue refugio para la prensa independiente centroamericana hoy enfrenta dificultades para garantizar la seguridad de quienes defienden la verdad.

Los periodistas nicaragüenses, perseguidos dentro de su país y desamparados fuera de él, viven en una especie de exilio sin protección, obligados a seguir ejerciendo su oficio bajo condiciones de miedo, incertidumbre y soledad institucional.

A medida que el régimen Ortega-Murillo extiende su represión más allá de las fronteras, las limitaciones de los Estados receptores agravan el riesgo de silenciamiento transnacional, una nueva forma de censura que no necesita barrotes ni exilio forzado: basta con la indiferencia.

El exilio que no calla

Ante la falta de medidas concretas, Ortiz evalúa salir nuevamente de Costa Rica, luego de que las propias autoridades le recomendaran “abandonar el país lo antes posible”.

Su caso resume la paradoja que viven decenas de periodistas nicaragüenses: huyen de la represión del régimen Ortega-Murillo, pero se enfrentan a la indiferencia de los Estados que deberían protegerlos.

Aun así, Jennifer Ortiz mantiene su compromiso con el periodismo y la verdad, consciente de que su trabajo el mismo que le pidieron borrar, representa la memoria viva de un país que no se rinde.