Papa León XIV respalda a obispos nicaragüenses desterrados y condena el exilio forzoso
El papa León XIV sostuvo el pasado sábado 23 de agosto una reunión privada con tres de los obispos nicaragüenses que se encuentran en el exilio forzado, en medio de la creciente persecución religiosa que vive la Iglesia católica bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
8/27/20252 min read


El papa León XIV sostuvo el pasado sábado 23 de agosto una reunión privada con tres de los obispos nicaragüenses que se encuentran en el exilio forzado, en medio de la creciente persecución religiosa que vive la Iglesia católica bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, confirmó a través de un mensaje publicado en X (antes Twitter) que durante el encuentro el pontífice lo ratificó en su cargo episcopal y lo animó a continuar con su misión pastoral.
“Me recibió en audiencia privada junto a monseñor Carlos Enrique Herrera y monseñor Isidoro Mora. Hablamos largamente sobre Nicaragua y sobre la situación de la Iglesia. Le agradezco de corazón su acogida fraterna y sus palabras esperanzadoras”, escribió Báez.
Los obispos siguen en sus cargos
Según fuentes eclesiásticas consultadas por Religión Digital, el papa dejó claro que los obispos desterrados siguen siendo pastores legítimos de la Iglesia nicaragüense y mantienen sus responsabilidades dentro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). Entre los presentes estuvieron: Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la CEN y obispo de Jinotega, Isidoro Mora Ortega, obispo de Siuna, Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua.
La abogada y defensora de derechos humanos Martha Molina destacó la relevancia del encuentro. “Este es un llamado a las voces autorizadas de la Iglesia nicaragüense. El Papa se reunió con quienes realmente pueden mantenerlo informado sobre la persecución religiosa que sufre el país”, señaló.
Condena al destierro
Ese mismo día, el papa León XIV también se reunió con refugiados del Archipiélago de Chagos y denunció la práctica del exilio forzoso, en un mensaje que analistas han interpretado como una alusión directa a la situación de Nicaragua.
“Todos los pueblos, incluso los más pequeños y débiles, deben ser respetados en su identidad y en sus derechos, en particular el derecho a vivir en sus tierras; y nadie puede obligarlos a un exilio forzoso”, expresó el pontífice.
Un mensaje a la dictadura
Para Molina, autora de los informes Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, el gesto del papa envía una señal inequívoca al régimen de Ortega y Murillo: “Se mantiene a los obispos en sus cargos como una advertencia de que la dictadura no puede imponer obispos serviles. Es un respaldo directo al pueblo y a sus pastores”, declaró a la revista Vida Nueva.
La Santa Sede divulgó imágenes del encuentro el lunes posterior a la audiencia. En ellas aparece el papa junto a los tres prelados, todos ellos víctimas de prisión o amenazas antes de su destierro. El gesto de León XIV de recibirlos y escucharlos ha sido interpretado como un signo de esperanza y cercanía hacia la Iglesia y el pueblo de Nicaragua, que continúan resistiendo bajo una persecución sistemática.
