El papa León XIV exige libertad para periodistas presos, mientras el régimen de Ortega mantiene a cuatro desaparecidos
Con cuatro periodistas desaparecidos en Nicaragua y un aparato estatal que niega sus paraderos, el papa León XIV lanzó una contundente condena contra los gobiernos que encarcelan a quienes “buscan y cuentan la verdad”, en lo que se interpreta como una crítica directa al régimen de Daniel Ortega.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios 6
5/12/20253 min read


En un contundente mensaje dirigido a los gobiernos que persiguen la libertad de prensa, el papa León XIV pidió este lunes la liberación inmediata de periodistas encarcelados, en su primer encuentro con la prensa acreditada en el Vaticano.
“Permítanme reiterar la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por haber buscado y contado la verdad, y pedir su liberación”, declaró el pontífice desde el Aula Pablo VI.
Las palabras del líder de la Iglesia Católica resuenan con fuerza en Nicaragua, donde cuatro periodistas continúan en paradero desconocido tras ser arrestados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en un contexto marcado por el autoritarismo, el silencio impuesto y la represión sistemática contra voces disidentes.
El papa también elogió a quienes “arriesgan su vida por informar en contextos adversos” y reconoció en ellos “el coraje de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a ser informados, porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres”.
Cuatro periodistas desaparecidos bajo el régimen Ortega-Murillo
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que las autoridades nicaragüenses han optado por desaparecer forzadamente a comunicadores críticos, negando toda información sobre su paradero, contacto familiar o acceso a defensa legal. Los casos son alarmantes:
• Fabiola Tercero Castro fue la primera en ser detenida, el 12 de julio de 2024, en su residencia en Managua. Fundadora del proyecto infantil El Rincón de Fabi, Tercero llevaba años alejada del periodismo político. Desde su arresto, no se ha vuelto a saber nada de ella. La falta de información oficial ha llevado a catalogar su caso como desaparición forzada.
• Elsbeth D'Anda, conductor del programa La Cobertura en Canal 23, fue capturado el 27 de octubre. Su detención se mantuvo en secreto hasta el 14 de noviembre, cuando fue revelada por organizaciones civiles. Se presume que fue arrestado tras un programa en el que se abordaron críticas al alto costo de la vida. D’Anda llevaba décadas al aire, siendo uno de los pocos espacios abiertos a denuncias ciudadanas.
• Catalino Leo Cárcamo Herrera, periodista de 62 años y extrabajador de Radio Darío (hoy DaríoMedios Internacional), fue detenido durante una redada en noviembre sin orden judicial. Su condición de salud, marcada por la hipertensión, y la falta total de información han generado especial preocupación. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) exigió su liberación inmediata el 3 de enero de 2025, responsabilizando al Estado por su integridad física.
• Irving Guerrero Montes, excorresponsal de Radio Corporación y Canal 23, fue arrestado el 9 de febrero en su casa en León. Aunque su captura fue reconocida oficialmente a través de medios oficialistas, se le acusó de manera dudosa de tenencia ilegal de armas. Familiares y colegas afirman que la denuncia fue fabricada para silenciarlo. Ese día se dirigía a su programa en Radio La Cariñosa.
Silenciar al periodismo, una política de Estado
La represión a la prensa independiente se ha intensificado en Nicaragua. Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), el país se encuentra entre los más represivos de América Latina. “Estos casos no son aislados, sino parte de una política sistemática para eliminar toda forma de crítica”, denuncian organismos como el CEJIL, la CIDH y RSF.
Al cierre de 2024, RSF reportó 550 periodistas presos y 55 secuestrados a nivel global. Nicaragua, que alguna vez fue ejemplo de pluralismo informativo, figura ahora como uno de los epicentros de la censura y el castigo al periodismo incómodo.
El pronunciamiento del papa León XIV agrega presión internacional a un régimen cada vez más aislado y señalado por crímenes de lesa humanidad. Las voces que aún logran salir del país claman por solidaridad y acción: la prensa no debe ser castigada por cumplir su deber.
