Padre Benito Martínez desde el exilio: "Vamos a regresar a Nicaragua"
El padre Benito Enrique Martínez Gamboa, exiliado y desterrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, dijo que se debe trabajar para que los exiliados regresen pronto a Nicaragua.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios 6
4/28/20253 min read


En un acto cargado de memoria, denuncia y esperanza, el sacerdote nicaragüense Benito Enrique Martínez Gamboa, exiliado y desterrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, alzó la voz contra el régimen desde su exilio en Estados Unidos.
Ante un grupo de opositores nicaragüenses reunidos en Indianápolis, Estados Unidos, para conmemorar el séptimo aniversario de las protestas de abril de 2018, el padre Martínez envíó un mensaje claro: unidad, organización y justicia son las claves para liberar a Nicaragua.
El encuentro no es un acto simbólico, sino una plataforma de articulación política y estratégica. Con tono firme, el sacerdote –que ha pasado por "cárcel, destierro, el exilio"– sostiene que su presencia es parte de una preparación para el retorno: "Aquí estamos y volveremos porque tenemos la confianza puesta en el Señor de los ejércitos", dijo.
No hay que perder el tiempo
En medio del aplauso de los presentes, Martínez define el objetivo de la reunión con contundencia: "Hemos venido no para perder el tiempo, no para vernos un año más... Hemos venido a organizarnos. Hemos venido a preparar nuestro regreso a Nicaragua. Como que hay un Dios en el cielo, vamos a regresar", enfatizó.
Lejos del discurso conciliador que suele esperar la diplomacia internacional, el sacerdote lanza una advertencia directa: "Si en estos cuatro años no hacemos nada por Nicaragua, olvidémonos y moriremos en tierra extraña". Para él, la tarea es inaplazable: defender la democracia, la paz, la libertad y el derecho al trabajo, secuestrados por un régimen autoritario.
Martínez, quien también fue preso político, describe a la dictadura de Ortega como un régimen "débil, dividido, cansado, desacreditado", que se mantiene únicamente por el aparato represivo del Estado: "sostenida solamente por los malhechos de la policía y el ejército". Sin embargo, deja claro que la oposición no busca una salida violenta: "Tenemos principios civiles y cristianos, nunca vamos a apoyar una salida violenta, armada, nunca".
Dictadores tienen que pagar
El cura explicó que rechazar la violencia no significa impunidad. "No apoyamos que los sátrapas bajen del poder suavemente, con perdón y con olvido. ¡No señor! Tienen que pagar los crímenes que cometieron". Con esas palabras, Martínez rompe con la lógica del olvido y exige justicia frente a los crímenes del régimen sandinista.
En un discurso que combina autocrítica y visión a futuro, el sacerdote cuestiona si la oposición está realmente preparada para construir una nueva Nicaragua: una nación libre de autoritarismos y capaz de garantizar democracia duradera.
"No será acaso peor la medicina que la llaga, como ha sucedido en otras épocas..." recordó, aludiendo al sandinismo, que en su origen se presentó como alternativa a la dictadura somocista y terminó replicando –y profundizando– sus métodos represivos.
Amonestando directamente a las fuerzas opositoras presentes, como PUDE y Monteverde, Martínez exige dejar atrás la fragmentación: "No podemos seguir desunidos. Y si no se puede la unidad perfecta, por lo menos las alianzas", dijo.
En su visión, la lucha contra el régimen pasa también por detener la influencia extranjera: "Unámonos todos... para expulsar a ese invasor ruso y chino a través de los sandinistas".
El sacerdote convoca a una reunión nacional opositora para el 30 de mayo, con el fin de construir una estrategia unificada. Su propuesta concreta: consolidar un solo grupo de nicaragüenses por país, coordinado bajo una misma dirección política, para aumentar la presión internacional y estrechar el cerco sobre la dictadura.
Con un mensaje final de fe y resistencia, el padre Benito Martínez deja claro que la lucha no ha terminado: "Nos encontraremos en las calles de León, de Chinandega, de El Viejo, de Rivas, de Somoto, de la Costa Atlántica, de toda Nicaragua y nos abrazaremos y diremos con orgullo salvamos a nuestra nación cuando más lo necesitó. Viva Nicaragua", finalizó.
