Ortega se alinea con China y respalda ejercicios militares en torno a Taiwán
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo reiteró su adhesión al principio de “una sola China” y justificó las maniobras militares de Pekín alrededor de Taiwán, profundizando una alianza geopolítica que, según analistas, ha dejado más beneficios para China que para Nicaragua.
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DaríoMedios Internacional
12/31/20252 min read


El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo volvió a plegarse abiertamente a la agenda del China, respaldando los ejercicios militares del régimen chino en torno a Taiwán y reafirmando su lealtad al dogma de “una sola China”, según un comunicado oficial difundido por Managua.
En el documento, firmado por Ortega y Murillo, el régimen sandinista sostiene que “en el mundo solo existe una China” y que Taiwán es “una parte inalienable del territorio chino”, adoptando sin matices la narrativa del Partido Comunista Chino y negando cualquier estatus político autónomo a la isla.
Ruptura con Taiwán y alineamiento con Pekín
Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Taiwán en 2021 para alinearse con Pekín, bajo la promesa de inversiones, cooperación financiera y mayores intercambios comerciales. Sin embargo, a más de tres años de ese giro diplomático, los beneficios concretos para la economía nicaragüense siguen siendo limitados, mientras China consolida su influencia política y económica en el país.
Analistas señalan que, en este intercambio, el principal beneficiado ha sido el régimen chino, que ha logrado ampliar su presencia estratégica en Centroamérica, mientras Nicaragua incrementa su dependencia financiera y compromete márgenes de soberanía.
Críticas a Estados Unidos y justificación militar
En su pronunciamiento, Ortega y Murillo arremetieron contra Estados Unidos por aprobar ventas de armas a Taiwán y acusaron al Partido Democrático Progresista taiwanés de actuar de forma “obstinada” al no aceptar una reunificación forzosa con China.
El régimen sandinista llegó incluso a justificar las maniobras militares chinas alrededor de la isla, presentándolas como una supuesta defensa de la soberanía territorial de Pekín, pese a que estas acciones han elevado las tensiones en una de las zonas más sensibles del tablero geopolítico global.
Un conflicto ajeno, una lealtad interesada
Con esta postura, Ortega y Murillo se involucran activamente en un conflicto geopolítico que no compete directamente a Nicaragua, alineándose con una potencia autoritaria a cambio de beneficios económicos que, según expertos, se traducen más en endeudamiento que en desarrollo.
Diversos analistas advierten que los acuerdos firmados con China podrían comprometer recursos estratégicos del país y profundizar una relación asimétrica, en la que Managua cede espacios de soberanía política y económica a cambio de financiamiento condicionado.
La defensa irrestricta de la posición china sobre Taiwán confirma que el régimen Ortega-Murillo no solo busca respaldo financiero, sino también protección política internacional, aun al costo de subordinar la política exterior nicaragüense a los intereses de Pekín.



