Ortega queda expuesto en la ONU como dictador y violador de derechos humanos

Daniel Ortega fue señalado este martes ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU como el dictador que convirtió la revolución sandinista en una propiedad familiar y que perpetúa un régimen de represión en Nicaragua. La denuncia fue realizada por el embajador argentino Carlos Mario Foradori, quien en su intervención describió al mandatario como la “grotesca mutación de un revolucionario” convertido en violador de derechos humanos.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios

9/24/20252 min read

Daniel Ortega fue señalado este martes ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU como el dictador que convirtió la revolución sandinista en una propiedad familiar y que perpetúa un régimen de represión en Nicaragua. La denuncia fue realizada por el embajador argentino Carlos Mario Foradori, quien en su intervención describió al mandatario como la “grotesca mutación de un revolucionario” convertido en violador de derechos humanos.

Foradori recordó que Ortega no solo ha perseguido a la oposición política, periodistas y defensores de derechos humanos, sino también a sus antiguos compañeros de lucha, incluyendo a su propio hermano, Humberto Ortega, quien murió bajo prisión domiciliaria. “El joven idealista que hablaba de democracia y libertad se transformó en el hombre que encierra a todos, incluso a quienes alguna vez marcharon a su lado”, expresó el diplomático.

Críticas al Consejo de Derechos Humanos y la comunidad internacional

El representante argentino no limitó su mensaje a Ortega, también cuestionó la pasividad del propio Consejo de Derechos Humanos y de la comunidad internacional frente a la crisis en Nicaragua. Foradori advirtió sobre la “delgada línea, casi invisible, que separa la indiferencia de la complicidad”, llamando a no caer en el silencio como una forma de encubrimiento.

Foradori advirtió que la comunidad internacional no puede refugiarse en la neutralidad ni en la prudencia diplomática cuando un pueblo entero vive bajo represión, pues ese silencio se convierte en una forma de complicidad. “El informe nos convoca, nos interpela, nos obliga, porque la indiferencia nunca es neutral, es la forma más cómoda de complicidad”, sostuvo en su intervención.

Informe confirma represión sistemática

Durante la sesión se presentó también el informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), el cual ratificó que en Nicaragua persisten violaciones graves y sistemáticas a los derechos humanos. Entre ellas se documentan persecuciones, detenciones arbitrarias, despojo de nacionalidades, cierre de medios de comunicación, represión contra la Iglesia católica y vigilancia transnacional sobre disidentes en el exilio.

La advertencia fue clara: la represión en Nicaragua no ha cesado y el régimen Ortega-Murillo continúa ejerciendo control total sobre la vida política, social y civil del país. “La historia tarde o temprano juzgará a quienes hablaron y a quienes callaron”, concluyó Foradori.