Ortega Lento y Murillo nerviosa
El acto oficial conmemorativo del 46 aniversario de la Revolución Sandinista fue presidido por una pareja dispareja, Daniel Ortega visiblemente más lento en sus movimientos y un discurso de una hora que careció de novedades , mientras que Rosario Murillo, en su primera aparición pública como copresidenta, mostró una inquietud y nerviosismo sin precedentes.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
7/21/20251 min read


El acto oficial conmemorativo del 46 aniversario de la Revolución Sandinista fue presidido por una pareja dispareja, Daniel Ortega visiblemente más lento en sus movimientos y un discurso de una hora que careció de novedades, mientras que Rosario Murillo, en su primera aparición pública como copresidenta, mostró una inquietud y nerviosismo sin precedentes.
Fuentes cercanas al evento describen a una Murillo inusualmente errática y, en ocasiones, con dificultades para leer con precisión. Se reporta que incluso demandó sus habituales pastillas y mostró exasperación con sus "pasa papeles", es decir sus hijas Luciana y Camila Ortega.
A pesar de que el equipo técnico de los medios de propaganda oficialistas recibió instrucciones estrictas para evitar evidenciar momentos incómodos, la intensidad de la situación hizo que fuera "sencillamente imposible" ocultar por completa la tensión, a pesar de un cuidado muchísimo mayor con los movimientos de cámara.
Murillo saturada de tareas, no confía en nadie
La extrema centralización de tareas que caracteriza a Murillo, sumada a su dificultad para delegar y confiar en otros, parece haber contribuido a su estado de nerviosismo. A pesar de ser la "eterna maestra de ceremonias" , este primer acto con su nuevo título de copresidenta la encontró en un estado de inquietud palpable .
Por otro lado, la presencia de Laureano Ortega, muy cerca del comandante, no pasó desapercibida. Su posición reafirma la percepción de que es el "próximo en la cúpula del poder”. Sin embargo, analistas políticos sugieren que Laureano no reemplazará directamente a Daniel Ortega, una aspiración que se atribuye a Rosario Murillo. En cambio, Laureano podría consolidarse como "el otro brazo" de la dictadura post-Daniel Ortega.
