Moisés Absalón Pastora, un operador de la maquinaria de propagada de la dictadura sandinista, despotricó en un editorial de su programa, en contra del comercio informal de Managua.

En su programa Detalles del Momento, del oficialista canal 6, Pastora se quejó de los vendedores ambulantes, de los limpias carros, artistas callejeros y hasta de los mendigos que abundan en los semáforos de Managua.

El conductor de televisión se muestra casi indignado, cuando sale de su centro de trabajo, el cual le renta miles de dólares mensuales en propaganda del gobierno, luego aborda su camioneta y camino a su casa, se encuentra con gente desafortunada que vende en la calle, pide limosnas y hasta le ensucian su vehículo.

Con la facilidad de quien tiene la vida resuelta, Pastora habla del desorden de Managua, y con desprecio señala a los que hacen vida en la calle para poder comer, a los que, a falta de un empleo fijo o prestaciones sociales, se toman las calles y la hacen suyas.

Como un típico burgués despotricó contra los que menos tienen, vertiendo estereotipos y prejuicios contra los pobres, o propensos a la delincuencia.

La Discriminación, el clasismo y la falta de empatía quedan tejidos entre sus elocuentes líneas, olvidando que la capital Managua es solo es el pulso de un país empobrecido por la dictadura a la que él sirve y que se empeña en perpetuar.

La indiferencia de Pastora raya en la insensibilidad ante la difícil situación que enfrentan las personas en pobreza, culpándolas por su propia condición y emitiendo críticas sin soluciones.

En su burbuja perfecta Moisés Absalón Pastora viviría en una Managua desarrollada, donde el orden predomina, donde los semáforos están ordenados, las terminales de buses son respetadas y no convertidas en mercados, no hay mendigos ni limpia carros que ensucien las ventanas de su vehículo.

Para que eso ocurra Nicaragua tendría que volver a la libertad y a la democracia, para alcanzar un verdadero desarrollo.