Nicaragua pierde más de 8 mil millones de córdobas en consumo turístico

El turismo en Nicaragua atraviesa una de sus etapas más críticas de los últimos años. Los datos oficiales del Banco Central de Nicaragua (BCN) revelan una caída del 30.6% en el consumo turístico durante 2024, lo que equivale a una pérdida de más de 8,244 millones de córdobas en comparación con 2023.

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Darío Medios

10/8/20253 min read

El turismo en Nicaragua atraviesa una de sus etapas más críticas de los últimos años. Los datos oficiales del Banco Central de Nicaragua (BCN) revelan una caída del 30.6% en el consumo turístico durante 2024, lo que equivale a una pérdida de más de 8,244 millones de córdobas en comparación con 2023.

El consumo total —que incluye el gasto de turistas nacionales y extranjeros— pasó de 26,951 millones de córdobas en 2023 a 18,707 millones en 2024, según el informe oficial del BCN. Esta fuerte contracción confirma lo que ya percibían los empresarios del sector: el país vive un desplome turístico generalizado, sin señales de recuperación y sin políticas públicas que prioricen la inversión ni la promoción internacional.

Los Resultados de la Encuesta de Turismo del Segundo Trimestre de 2025, elaborados por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), muestran una tendencia aún más preocupante: Seis trimestres consecutivos de reducción en la estadía promedio de los turistas. Cuatro trimestres seguidos con caída en el gasto diario per cápita.

El investigador nicaragüense Manuel Orozco advierte que los ingresos por turismo se desplomaron de 736 millones de dólares en 2023 a 514 millones en 2024, y proyecta que 2025 cerrará con apenas 500 millones de dólares. “La tendencia en Centroamérica y Nicaragua muestra signos de desaceleración”, alertó.

El contexto político como factor de riesgo

Detrás de la crisis no solo hay factores económicos. Los empresarios apuntan directamente al contexto político interno y al deterioro de la imagen internacional del país como causas principales del declive.

Desde la cancelación de cámaras empresariales y oenegés —que en el pasado articulaban esfuerzos y datos del sector—, la industria turística se encuentra fragmentada y sin representación gremial. “Las advertencias del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los riesgos de invertir o viajar a Nicaragua nos han afectado enormemente”, explicó Marcos, un empresario capitalino del sector.

A ello se suma la percepción de inseguridad y arbitrariedad estatal, potenciada por confiscaciones de propiedades, restricciones migratorias y la represión política. “El discurso oficial dice una cosa, pero los turistas perciben otra”, afirma Rosmeri, empresaria del sector hotelero.

Turismo interno: la tabla de salvación

Ante el colapso del turismo internacional, muchos empresarios apuestan por el turismo interno como estrategia de supervivencia. En Granada, Andrés confirma que los datos oficiales reflejan la realidad: “2024 fue un año malo, y 2025 pinta igual. Solo estamos sobreviviendo con turistas nacionales”. explica un dueño de hotel.

Otros, como Manuel, dueño de un centro turístico, buscan alianzas entre pequeños hoteles y operadores para ofrecer paquetes locales, aunque reconoce que la falta de gremios hace difícil cualquier coordinación: “Ya no tenemos encuentros ni espacios para compartir ideas”.

Algunos, como Eduardo, han encontrado alternativas inusuales: redirigir sus servicios hacia mercados no tradicionales, como turistas de China, Rusia, Ucrania o Corea del Sur, aprovechando los nuevos vínculos diplomáticos del régimen. “Gracias a eso, mi empresa sigue viva”, admite.

Una industria sin apoyo ni rumbo

A pesar de que el turismo representa una fuente clave de divisas y empleo, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha mostrado señales de priorizar su recuperación. No existen campañas internacionales de promoción ni políticas públicas claras para incentivar la inversión extranjera en el sector.

Para muchos analistas, esta indiferencia oficial agrava la crisis. El turismo, que alguna vez fue uno de los motores del crecimiento nacional, hoy se encuentra marginado, politizado y asfixiado por el autoritarismo. ”Mientras no haya estabilidad política ni seguridad jurídica, el turismo no se recuperará”, resume Orozco.