Nicaragua, epicentro del exilio periodístico en América Latina: 293 periodistas han huido desde 2018

Entre 2018 y 2024, al menos 913 periodistas latinoamericanos se han visto obligados a abandonar sus países para proteger su vida, seguridad y la de sus familias, reveló el informe Voces desplazadas: radiografía del exilio periodístico latinoamericano, elaborado por la Universidad de Costa Rica, Fundamedios y la Cátedra Unesco de la Universidad Diego Portales de Chile. De ese total, Nicaragua figura como el segundo país con más comunicadores exiliados: 268 según el corte de 2024, aunque otras fuentes ya sitúan esa cifra en 293 al primer semestre de 2025.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios

8/6/20253 min read

Entre 2018 y 2024, al menos 913 periodistas latinoamericanos se han visto obligados a abandonar sus países para proteger su vida, seguridad y la de sus familias, reveló el informe Voces desplazadas: radiografía del exilio periodístico latinoamericano, elaborado por la Universidad de Costa Rica, Fundamedios y la Cátedra Unesco de la Universidad Diego Portales de Chile. De ese total, Nicaragua figura como el segundo país con más comunicadores exiliados: 268 según el corte de 2024, aunque otras fuentes ya sitúan esa cifra en 293 al primer semestre de 2025.

El informe alerta que el exilio de periodistas ya afecta al menos a 15 países del continente, pero que Venezuela, Nicaragua y Cuba concentran más del 92% del total de casos. En estas naciones, la persecución contra la prensa independiente es orquestada directamente desde el poder Ejecutivo, mediante detenciones arbitrarias, campañas de estigmatización, restricciones legales, acoso digital y amenazas a familiares.

Nicaragua: el miedo como política de Estado

En el caso nicaragüense, el desplazamiento forzado de periodistas responde a una estrategia sistemática de vigilancia e intimidación, ejecutada principalmente por la Policía Nacional. Visitas inesperadas, solicitudes sin fundamento legal de reportes de movilidad, o amenazas directas han sido el detonante para que decenas de periodistas abandonen el país sin posibilidad de retorno inmediato.

Rosario Murillo y Daniel Ortega han implementado una política de “tierra arrasada” contra la prensa no oficialista, que incluye el cierre de medios, la criminalización del oficio y la revocatoria de nacionalidad a decenas de comunicadores, convirtiéndolos en apátridas. Esta última práctica ha provocado que países como España se conviertan en destinos emergentes para el exilio periodístico nicaragüense, por haber ofrecido la ciudadanía a víctimas de la persecución política.

Costa Rica, refugio natural del periodismo nicaragüense

La mayoría de periodistas nicaragüenses exiliados se ha asentado en Costa Rica, un país que históricamente ha acogido oleadas de migración nicaragüense. La cercanía geográfica, los lazos familiares y el hecho de que desde San José operan los principales medios independientes que reportan sobre la situación en Nicaragua, han convertido al vecino del sur en un punto clave del periodismo en el exilio.

Estados Unidos y España también aparecen como destinos recurrentes. En el caso estadounidense, muchos periodistas lograron entrar mediante el programa de Movilidad Segura o el parole humanitario, antes de que fueran cancelados. España, aunque más difícil de alcanzar por los costos y requisitos migratorios, se ha convertido en opción viable para quienes perdieron su nacionalidad y buscan estabilidad legal.

El exilio no garantiza seguridad ni estabilidad

Pese a haber escapado de contextos de alta represión, los periodistas exiliados enfrentan nuevos desafíos: precariedad económica, discriminación, problemas de salud mental y rupturas familiares. Además, ejercer el periodismo desde el exilio supone enfrentar obstáculos legales, falta de reconocimiento profesional, restricciones migratorias y, en algunos casos, persecución transnacional.

El informe recalca que para muchos de estos periodistas, informar dejó de ser solo una profesión para convertirse en una forma de resistencia democrática y preservación de la memoria histórica. Sin embargo, la falta de recursos y el agotamiento emocional han llevado a muchos a abandonar el oficio.

América Latina, bajo amenaza

Además de los casos de Venezuela, Nicaragua y Cuba, la investigación también documenta situaciones de desplazamiento en países como Guatemala, Ecuador, Haití, El Salvador, México, Colombia y Honduras. En algunos de estos contextos, la amenaza no viene directamente del Estado, sino de poderes criminales y actores corruptos, como el narcotráfico, industrias extractivas o grupos paramilitares.

En México, por ejemplo, el bajo número de periodistas exiliados (nueve) contrasta con el altísimo nivel de violencia documentado. Los autores del informe explican que en este país se da más bien un patrón de desplazamiento interno, y denuncian la existencia de una “red de macrocrimen” en la que confluyen narcotraficantes, empresarios y políticos.

Una alerta que exige respuestas

El informe concluye que el exilio forzado de periodistas no es solo una tragedia humana, sino una amenaza directa al derecho colectivo a la libertad de expresión y al acceso a información veraz en la región. Casos como el de Nicaragua ilustran el impacto devastador de gobiernos autoritarios sobre la prensa y el enorme costo personal que pagan quienes se atreven a informar.

El exilio, lejos de representar un escape seguro, se ha convertido en una nueva trinchera desde la cual cientos de periodistas latinoamericanos —y en especial nicaragüenses— intentan seguir cumpliendo su deber. Aunque fuera de sus fronteras, continúan defendiendo el derecho de sus pueblos a saber.