Más de la mitad de los nicaragüenses apenas come una vez al día o pasa días enteros sin alimentos debido a la falta de recursos, según revela una encuesta reciente de CID Gallup, realizada en mayo de 2024. El 53.3 % de los encuestados informó que en los tres meses previos a la encuesta, algún adulto en su hogar, o ellos mismos, habían comido solo una vez al día o habían dejado de comer un día entero. Este alarmante dato subraya la grave crisis alimentaria en el país, que ha empeorado notablemente en los últimos meses, con un aumento de 11.4 puntos porcentuales desde enero de 2024, cuando el 51.2 % reportó situaciones similares.
Las cifras son aún más dramáticas entre las mujeres, los residentes fuera de Managua, y aquellos sin afiliación política, reflejando desigualdades estructurales dentro de la sociedad nicaragüense. La encuesta, patrocinada por la Fundación Sin Límites para el Desarrollo Humano (FSL), entrevistó a 1,215 ciudadanos mayores de 16 años con teléfonos celulares activos, distribuidos entre Managua y el resto del país, con un margen de error de ±2.5 % y un nivel de confianza del 95 %.
Pesimismo económico y aumento de la inseguridad
La mayoría de los nicaragüenses anticipa un futuro económico sombrío. El 52 % de los encuestados cree que la situación económica de su familia empeorará en el próximo año, mientras que solo el 31 % confía en una mejora. Este pesimismo ha aumentado desde octubre de 2023, cuando la opinión estaba dividida con un 47 % esperando mejoras y otro 47 % temiendo un empeoramiento. Estos resultados no solo reflejan la incertidumbre económica, sino también la creciente desesperación que empuja a miles de nicaragüenses a emigrar.
El tema de la seguridad ciudadana también resalta como una preocupación creciente. El 47.7 % de los encuestados reportó haber sido víctima de robo o asalto en los últimos cuatro meses, un aumento significativo respecto al 38.3 % registrado en octubre del año pasado. Esta tendencia al alza en la criminalidad añade un nivel adicional de inseguridad a la ya precaria vida de los nicaragüenses.
Desaprobación de Ortega y desconfianza en el Gobierno
Desde 2018, una constante mayoría de los encuestados ha opinado que Nicaragua va por el rumbo equivocado. En la última encuesta de Cid Gallup, el 61 % expresó esta opinión, con solo un 30 % creyendo que el país va en la dirección correcta. La insatisfacción es especialmente alta entre aquellos sin afinidad política (69 %) y, sorprendentemente, también entre un pequeño pero significativo 8 % de los simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
La desaprobación hacia la presidencia de Daniel Ortega es notoria, con un 52 % de los encuestados expresando descontento con su gestión, mientras que solo el 32 % la aprueba. A pesar del control estatal sobre los medios y la represión de la disidencia, la opinión pública refleja un creciente desencanto con la capacidad del gobierno para resolver los problemas del país. Solo el 18 % de los nicaragüenses cree que el gobierno de Ortega puede aún solucionar las preocupaciones familiares.
El sueño de emigrar: esperanza para la juventud
Ante la precariedad económica y la inseguridad, la migración se perfila como la esperanza para más de la mitad de la población. El 55.4 % de los encuestados consideró “algo o muy probable” emigrar si tuviera los recursos necesarios, mientras que el 68.7 % de los jóvenes entre 16 y 24 años expresó su deseo de buscar mejores oportunidades en el extranjero. Estados Unidos sigue siendo el destino preferido, mencionado por el 43.4 % de los que desean migrar, seguido por España, Costa Rica y Panamá.
Este anhelo de migración no solo refleja el fracaso de las políticas económicas internas, sino también una profunda desilusión con las perspectivas futuras del país. Las dos razones principales para emigrar son la búsqueda de mejores salarios y trabajos (37.4 %), y la mala situación económica (33.7 %).
Crecimiento económico inflado y desconfianza en las estadísticas oficiales
La Fundación Sin Límites (FSL) cuestiona la credibilidad de las estadísticas económicas oficiales de Nicaragua. Según un análisis de mayo de 2024, la economía nicaragüense crecerá solo un 2.9 % este año, en contraste con el 4.5 % proyectado por el Banco Central de Nicaragua (BCN). La FSL señala que el Banco Central ha modificado la metodología para calcular el Producto Interno Bruto (PIB), inflando artificialmente las cifras para presentar una imagen de crecimiento económico superior a la real.
Las discrepancias detectadas por la FSL incluyen aumentos desmesurados en las variaciones de existencias y discrepancias en las estadísticas de exportaciones, que suman puntos porcentuales adicionales al crecimiento del PIB. Estas manipulaciones arrojan dudas sobre la verdadera salud económica del país y subrayan la falta de transparencia en las estadísticas oficiales.
Impacto de las remesas y desempeño económico
El análisis de la FSL destaca también la importancia de las remesas como un motor económico, aunque en desaceleración. Después de un crecimiento del 44.5 % en 2023, las remesas aumentaron solo un 11.8 % en el primer trimestre de 2024. Esta caída impacta directamente en el consumo privado, que se proyecta crecer solo un 3.6 % este año, comparado con el 7.4 % del año anterior. Las remesas, aunque siguen siendo una fuente vital de ingresos, están disminuyendo debido a la reducción en el flujo migratorio hacia Estados Unidos y a cambios en las dinámicas familiares y laborales de los migrantes.
Peso de la deuda y el futuro económico
La deuda pública sigue siendo un desafío considerable para Nicaragua, con un presupuesto de 22,508 millones de córdobas asignados en 2024 para abonar a la deuda total, que alcanzó los 10,097 millones de dólares al cierre de 2023. Esta carga financiera limita la capacidad del régimen para invertir en sectores críticos como la salud, la educación y la infraestructura, y sugiere que la presión económica sobre los hogares nicaragüenses persistirá en el futuro cercano.
En conclusión, Nicaragua enfrenta una crisis multifacética que va más allá de las cifras oficiales. La inseguridad alimentaria, el deterioro económico, la migración masiva y la desconfianza en las instituciones reflejan un país en constante lucha por la supervivencia. A medida que las perspectivas económicas siguen siendo sombrías y la confianza en el gobierno se erosiona, los nicaragüenses continúan buscando desesperadamente un camino hacia un futuro mejor, muchas veces fuera de las fronteras de su propio país.