Nicaragua al borde del colapso comercial

Caos inminente para la economía “solidaria” sandinista por el castigo de Estados Unidos a la dictadura Ortega Murillo, las consecuencias serán devastadoras.

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DaríoMedios Internacional

10/21/20252 min read

La llamada economía “solidaria” del régimen Ortega Murillo guarda silencio mientras se asoma al abismo financiero. Tras la resolución de la Oficina de Comercio del Gobierno de Estados Unidos que determinó que la dictadura viola derechos humanos y laborales a su antojo, Washington evalúa medidas que podrían incluir la exclusión de Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-CAFTA).

Una decisión con efectos devastadores

Las consecuencias serían catastróficas para una economía ya debilitada por el control estatal, la represión política y la fuga de capital humano. La arbitrariedad de Daniel Ortega y Rosario Murillo podría traducirse en un impacto directo sobre el ciudadano común, con mayor desempleo y pérdida de ingresos en los sectores productivos.

Estados Unidos, el motor de las exportaciones nicaragüenses

Los datos son alarmantes. En 2024, las exportaciones hacia Estados Unidos representaron el 39% del total nacional, y en lo que va de 2025 aún equivalen al 35%. Es innegable: Estados Unidos sigue siendo el principal socio económico de Nicaragua… y también del régimen sandinista.

El 49% del oro extraído en el país, el 16% de la carne y el 13% del café se exportan al mercado estadounidense. En otras palabras, más de un tercio del motor exportador nicaragüense depende directamente de EE. UU. Todos estos productos ingresan actualmente con beneficios arancelarios que podrían desaparecer si Nicaragua es expulsada del DR-CAFTA.

Zonas francas en la cuerda floja

El golpe más inmediato caería sobre las zonas francas, uno de los pilares del empleo formal en el país. Los obreros de la industria textil y del calzado han mantenido sus empleos gracias a las preferencias otorgadas por el tratado. Sin esos beneficios, los productos nicaragüenses enfrentarían aranceles más altos, perdiendo competitividad frente a países vecinos como Honduras, El Salvador o República Dominicana.

De concretarse la exclusión, miles de empleos se evaporarían. Las fábricas enfrentarían el riesgo de cierre masivo, y el país vería desaparecer una de sus pocas fuentes estables de ingreso.

Ortega y Murillo, ante un punto de no retorno

Con el panorama así de crítico, Ortega y Murillo se verán obligados a tomar decisiones cruciales. Estados Unidos ha puesto sobre la mesa una advertencia contundente: el respeto a los derechos humanos y laborales no es negociable. El reloj económico del régimen corre, y el silencio ya no basta para evitar el colapso.