Nicaragua, bajo la lupa: informe internacional señala que el Estado facilita el avance de redes criminales
Un informe global sobre crimen organizado advierte que en Nicaragua las estructuras ilícitas crecen sin freno gracias a la permisividad e incluso la complicidad del Estado. Narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas, minería ilegal y delitos digitales prosperan en un país donde las instituciones protegen al régimen y no a la ciudadanía.
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DaríoMedios Internacional
12/7/20252 min read


Un país que se convierte en plataforma del crimen
El Índice Global de Crimen Organizado 2025 ubicó a Nicaragua entre los países donde las redes criminales operan con mayor libertad debido a la impunidad institucional y a la falta de respuesta del Estado. El informe describe un territorio convertido en corredor para organizaciones transnacionales que encuentran en la débil institucionalidad nicaragüense un terreno seguro para expandirse.
Expertos advierten que estas estructuras no solo se han consolidado, sino que continúan creciendo porque el Estado no las enfrenta y, en muchos casos, actúa como facilitador.
Criminalidad en auge y Estado ausente
La evaluación internacional señala un incremento en actividades como el tráfico de drogas, el tráfico de armas, la trata de personas, la explotación irregular de recursos naturales y los delitos digitales. La ausencia de investigaciones, la falta de independencia judicial y el deterioro de los mecanismos de control permiten que estas actividades prosperen sin obstáculos, mientras la población queda expuesta a niveles crecientes de violencia e inseguridad.
En este contexto, la criminalidad no opera al margen, sino dentro de un entramado donde instituciones públicas, cuerpos de seguridad y estructuras económicas muestran señales de permeabilidad y colaboración indirecta con actividades ilícitas.
Impacto directo en la población
Para los ciudadanos nicaragüenses, esta situación se traduce en un clima de miedo, desconfianza y vulnerabilidad. Las comunidades más empobrecidas son las primeras en sufrir desplazamientos, amenazas y pérdida de oportunidades. La falta de un Estado que proteja y la consolidación de redes criminales dejan a la población en una posición de alto riesgo, sin garantías de justicia ni seguridad.
Alerta internacional y deterioro de la reputación del país
La clasificación de Nicaragua en un índice tan crítico envía una señal contundente a la comunidad internacional. Gobiernos, inversionistas y organismos multilaterales observan con preocupación el deterioro institucional y el avance del crimen organizado. Esta percepción podría traducirse en aislamiento diplomático, reducción de cooperación internacional y mayor dificultad para establecer relaciones económicas estables.
Según analistas, Nicaragua avanza hacia una condición de enclave útil para redes ilícitas y riesgoso para actores legítimos de la región.
Un futuro comprometido por la falta de Estado de derecho
La única ruta para revertir este deterioro pasa por reconstruir el Estado de derecho, garantizar independencia judicial y restablecer mecanismos reales de investigación y transparencia. No obstante, mientras el régimen mantenga el control absoluto de las instituciones y priorice su permanencia en el poder, difícilmente se frenará esta expansión delictiva.
El informe global deja clara una conclusión: en Nicaragua, las redes criminales prosperan no por ausencia total del Estado, sino porque las instituciones han dejado de cumplir su función protectora y se han convertido en un engranaje más dentro de un sistema que favorece la impunidad.


