La maquinaria de depuración del régimen Ortega-Murillo no se detiene. Esta vez, el blanco fue el Ministerio del Trabajo (MITRAB), donde en una sola jugada fueron destituidos la ministra Alba Luz Torres Briones, el viceministro Paulino Martinica López y el secretario general José León Argüello, quienes fueron enviados a sus casas bajo vigilancia, confirmaron fuentes a 100% Noticias.

La orden de salida llegó la noche del jueves y, apenas horas después, este viernes, los tres altos cargos entregaban oficialmente sus puestos. Según fuentes cercanas, el golpe responde a una estrategia de Rosario Murillo para desarticular cualquier vestigio de poder o influencia ajeno a su círculo más leal, especialmente figuras con vínculos al exjefe de inteligencia sandinista, Lenín Cerna.

Argüello, exmiembro de la Dirección General de la Seguridad del Estado DGSE y hombre cercano a Cerna, es visto como parte de una red que, según el oficialismo, debe ser neutralizada. “Todo lo que huele a Cerna lo están descabezando”, reveló una fuente, señalando que el plan incluye el desplazamiento de exagentes de inteligencia que tuvieron un rol activo en la represión de 2018.

Desconfianza extrema de Murillo

La maniobra se enmarca en un ambiente de desconfianza extrema, donde Murillo habría ordenado que “nadie que esté cerca de ella tenga arma” y que se desactive cualquier estructura que pueda operar de forma autónoma dentro del Estado. El argumento público es la lucha “contra la corrupción”, bandera que el régimen utiliza para legitimar la salida de cuadros históricos que caen en desgracia.

La recién creada Procuraduría General de Justicia ya estrenó su papel como brazo judicial del control interno, lanzando acusaciones por supuesto “lavado de dinero” contra el general en retiro Álvaro Baltodano Cantarero y su hijo, además de cancelar la concesión de la Planta Geotérmica Momotombo a Momotombo Power Company.

Los cambios en el MITRAB aún no han sido oficializados en La Gaceta, pero el mensaje político es claro: Rosario Murillo exige lealtad absoluta y no tolerará ni las más mínimas alianzas externas a su propio mando.