Murillo arremete contra la UNESCO y lanza nuevas amenazas contra opositores
Mientras el mundo reconoce la valentía del periodismo independiente en Nicaragua, Rosario Murillo responde con amenazas, insultos y rupturas diplomáticas con la UNESCO, confirmando el aislamiento internacional del régimen de Daniel Ortega.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios 6
5/5/20252 min read


En un nuevo episodio de intolerancia y desprecio por la libertad de expresión, la vocera del régimen nicaragüense, Rosario Murillo, emprendió otra diatriba pública contra la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), luego de que esta otorgara el Premio Mundial a la Libertad de Prensa 2024 al diario La Prensa, medio independiente que hoy opera desde el exilio tras el asalto y confiscación de sus instalaciones en 2021.
Molesta por el reconocimiento internacional que reafirma la persecución que sufre el periodismo libre en Nicaragua, Murillo acusó sin pruebas a la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, de haber “profanado la soberanía nicaragüense”, al respaldar un galardón entregado por un jurado internacional independiente.
“No nos dejamos ni atropellar, ni ofender, ni humillar por nadie, en estos días de celebración heroica de nuestra dignidad nacional, estos señores de la UNESCO, -señora-, se atrevieron con Nicaragua, y yo me pregunto: ¿dentro de 50 años, dentro de 30 años, no nos vamos tan largo, ¿quién se va a acordar de ellos?, ¿Quién?”, declaró Murillo con evidente irritación.
El régimen de Ortega-Murillo ha sido señalado repetidamente por organismos internacionales como una dictadura que violenta sistemáticamente los derechos humanos y reprime toda disidencia. La reacción airada ante el reconocimiento a La Prensa evidencia la incomodidad del régimen frente al escrutinio internacional y su desprecio por la libertad de prensa.
En su discurso, Murillo profundizó su ataque contra organismos de la ONU, sugiriendo que estos actúan en contra de los pueblos, al tiempo que acusó de “indignos” a sus funcionarios.
“La memoria de la dignidad humana, esa sí queda grabada en el alma de los pueblos, nadie va a saber quiénes fueron los indignos, claro la institución que desgraciadamente como otras de las Naciones Unidas que nacieron para defender a los pueblos, humilla, denigran y calumnia a los pueblos”, expresó, dejando claro el aislamiento cada vez más profundo del régimen frente a la comunidad internacional.
La codictadora también anunció la ruptura de relaciones con la UNESCO, reafirmando el cierre de espacios de cooperación con organismos internacionales que cuestionan la represión en Nicaragua.
“Nosotros actuando desde nuestro profundo sentimiento de dignidad nacional, dijimos, ya no más, es que con la dignidad de un pueblo no se juega, como con la paz no se juega. Nadie va a recordar a los profanos, pero sí vivirá eternamente la gloria de la dignidad”, insistió Murillo, dedicando más de diez minutos a despotricar contra la institución.
Discurso con tono amenazante
La intervención de Murillo no solo fue un ataque a la UNESCO, sino también una velada amenaza a la oposición dentro del país. Reproduciendo las palabras del alcalde de Jinotega, Leonidas Centeno, Murillo repitió el mensaje intimidatorio pronunciado por el funcionario ante un grupo de paramilitares encapuchados: “pueden estar tranquilos, mientras estén tranquilos”.
Centeno es uno de los 54 funcionarios identificados por un grupo de expertos de las Naciones Unidas como presuntos responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos en Nicaragua desde 2018.
Al repetir sus palabras, Murillo deja claro que el régimen mantiene activa su estrategia de control basada en el miedo, la vigilancia y la amenaza constante a quienes se atreven a disentir.
“Ayer, oía las palabras del alcalde de Jinotega que les decía, puedan estar tranquilos, mientras estén tranquilos. Aquí hay un pueblo vigilante”, recalcó Murillo, dejando claro que en Nicaragua, bajo la dictadura de Ortega, la paz que se pregona esconde una amenaza latente contra toda expresión de libertad.
