Monseñor Báez: “En Nicaragua se somete al pueblo con autoritarismo y crueldad”
Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, dirigió un mensaje pastoral a Cristhian David Mendieta, un joven nicaragüense recientemente ordenado diácono en Miami, Estados Unidos.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
DaríoMedios Internacional
12/15/20253 min read


Durante su homilía, Báez quien conoció a Mendieta cuando este era seminarista en la Arquidiócesis de Managua lo exhortó a asumir la valentía profética de Juan el Bautista para denunciar la crueldad con la que los poderosos someten al pueblo nicaragüense. Sus palabras hicieron alusión directa a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, señalada por mantener una férrea persecución contra la Iglesia católica y un profundo desprecio por los derechos humanos en Nicaragua.
“Querido Cristhian, que Juan Bautista, cuyo nombre es también el de tu pueblo natal en Nicaragua, sea una inspiración constante para ti. Tú vienes de un país privado de libertades, donde no se respetan los derechos humanos y se somete al pueblo con autoritarismo y crueldad; un país donde los profetas son perseguidos, encarcelados o enviados al exilio. Como servidor del Señor y de su pueblo, sé siempre un profeta de Dios. No apagues tu voz para proclamar la verdad del Evangelio y para denunciar aquello que contradice la voluntad de Dios”, expresó monseñor Báez durante la misa celebrada en la parroquia Santa Ágata, en Miami, en la que estuvo presente Mendieta.
El purpurado, quien vive exiliado en Estados Unidos, también llamó al nuevo diácono a defender a los más vulnerables y a no temer incomodar a los poderosos, quienes afirmó recurren con frecuencia a la represión para infundir miedo y silenciar al pueblo de Dios.
“No temas descontentar a los poderosos ni ser incomprendido por los acomodados e indiferentes. Como diácono, tu ministerio debe ser profético en el altar y en las periferias: en el altar, anunciando siempre a Cristo e invitando a todos a acogerlo como el camino, la verdad y la vida; y en las periferias, defendiendo a las víctimas de la injusticia y convirtiéndote en la voz de los que no tienen voz”, exhortó.
Un hombre sencillo y humilde
Monseñor Báez también animó a Mendieta a conservar la sencillez y la humildad que lo han caracterizado a lo largo de su vida, y a no dejarse seducir por las presiones sociales ni por los privilegios.
“Cristhian David, sigue siendo íntegro, firme en tu fe, franco en tus palabras y transparente en tu vida. Nunca has sido ‘una caña agitada por el viento’ de las presiones, ideologías, miedos o modas pasajeras. Tampoco te han atraído los privilegios, el lujo o el poder de quienes viven ‘en los palacios de los reyes’. Sigue siendo el creyente íntegro, sensible y pobre que siempre has sido, el que conocí hace muchos años y que ha enriquecido tanto mi vida como mi ministerio episcopal”, agregó Báez.
En 2018, cuando estallaron las protestas cívicas contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Cristhian David Mendieta quien en ese entonces colaboraba con monseñor Báez en su ministerio episcopal se vio obligado a exiliarse en Estados Unidos debido a las amenazas recibidas por parte del régimen sandinista.
Según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la represión policial y parapolicial ejecutada por la dictadura Ortega-Murillo contra los manifestantes a nivel nacional dejó al menos 355 personas fallecidas, la mayoría por disparos en la cabeza y el corazón.
Por su parte, el informe “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?”, elaborado por la abogada e investigadora nicaragüense Martha Patricia Molina, documenta más de 750 ataques del régimen contra la Iglesia católica. Entre las acciones señaladas figuran el congelamiento de cuentas bancarias, encarcelamientos, confiscaciones y destierros de sacerdotes, incluidos cuatro obispos, dos de ellos despojados de su nacionalidad.
La dictadura también ha confiscado múltiples propiedades de la Iglesia, entre ellas el seminario San Luis Gonzaga, en la diócesis de Matagalpa, pastoreada por monseñor Rolando Álvarez Lagos. El obispo fue encarcelado por el régimen en agosto de 2022, posteriormente despojado de su nacionalidad y finalmente desterrado a Roma en enero de 2023, junto a monseñor Isidoro Mora, obispo de la diócesis de Siuna y otros sacerdotes.


