Militar fue asesinado por colonos y no por narcotraficantes, denuncia organización
Según la organización indígena Prilaka Foundation, la muerte de Ávila Velázquez el pasado 25 de abril en la desembocadura del río Waspuk, municipio de Waspam, no se debió a un simple enfrentamiento contra el narcotráfico —como sostiene el Ejército— sino a un ataque directo perpetrado por "colonos armados que han invadido los territorios indígenas".
NACIÓN
Dario Medios
4/27/20252 min read


El asesinato del joven miskito Alfred Ávila Velázquez, miembro del Ejército de Nicaragua, ha desatado una nueva ola de denuncias por parte de organizaciones indígenas que acusan a la dictadura de ocultar la verdadera naturaleza del conflicto que azota a las comunidades del Caribe Norte.
Según la organización indígena Prilaka Foundation, la muerte de Ávila Velázquez el pasado 25 de abril en la desembocadura del río Waspuk, municipio de Waspam, no se debió a un simple enfrentamiento contra el narcotráfico —como sostiene el Ejército— sino a un ataque directo perpetrado por "colonos armados que han invadido los territorios indígenas".
Mientras el Ejército de Nicaragua divulgó una escueta "Nota de prensa No. 077/2025 - Incautación de droga al narcotráfico", Prilaka acusa que "se silencia la verdad de que el ataque provino de colonos armados", y advierte que estos grupos operan impunemente en una zona "históricamente ocupada de forma ilegal por colonos que utilizan actividades criminales, como el cultivo y tráfico de marihuana, para financiar el despojo territorial".
La denuncia va más allá del asesinato de un militar indígena: para Prilaka, este hecho confirma que "la violencia ha alcanzado incluso a instituciones del propio Estado", señalando que el Ejército fue blanco de un ataque armado por parte de los mismos colonos que, desde hace años, desplazan a las comunidades originarias con respaldo tácito de las autoridades.
Entre las irregularidades señaladas por la organización, se destaca el "encubrimiento de los atacantes": una omisión que, según sostienen, es parte de un patrón sistemático. "Se silencia así una verdad que las comunidades llevan años denunciando: los colonos están dispuestos a todo, incluso a enfrentarse al Ejército, con tal de mantener el control ilegal sobre territorios que no les pertenecen".
El comunicado también afirma que "el Ejército confirma sin decirlo que los colonos están armados y organizados en bandas criminales", y denuncia un vínculo directo entre el narcotráfico y la expansión violenta de la colonización: "Las actividades de colonización de territorios indígenas están siendo financiadas por el cultivo y tráfico de marihuana, entre otras actividades ilegales".
Violencia estructural
El asesinato de Ávila Velázquez no es un hecho aislado. Prilaka subraya que forma parte de un contexto de violencia estructural contra las comunidades indígenas del río Waspuk, donde ya se han documentado "ataques armados, asesinatos, desplazamientos forzados, usurpación de tierras y contaminación de los ríos".
La organización recuerda que la violencia en la región no es nueva. En octubre de 2015, colonos incendiaron la comunidad de Polo Paiwas; en 2016, ocuparon con violencia la mina Murubila; y en 2021, atacaron el cerro Kiwakumbaih, dejando un saldo de varios indígenas asesinados.
Pese a estos antecedentes, el Estado no ha implementado acciones efectivas. "La violencia en nuestros territorios continúa porque el Estado de Nicaragua no ha llevado a cabo el saneamiento de los territorios indígenas", enfatiza Prilaka.
