Una mujer nicaragüense identificada como Esther Arias Calderón, de 28 años, también conocida como Esther Arauz, fue asesinada a balazos la noche del sábado 27 de diciembre dentro de su lugar de trabajo, en el sector Limón 2000, en la provincia de Limón, informaron medios locales y autoridades judiciales.

De acuerdo con reportes de CR Hoy, el ataque ocurrió pasadas las 7:00 de la noche, cuando dos hombres que se desplazaban en una motocicleta llegaron hasta un local de comidas rápidas. Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), uno de los sospechosos abrió fuego desde el exterior y posteriormente descendió del vehículo, ingresó al local y disparó directamente contra la víctima.

Arias Calderón recibió múltiples impactos de bala en el pecho, cuello, manos y rodillas, y fue declarada fallecida en el lugar. La mujer era madre de dos hijos y se encontraba laborando al momento del crimen. Versiones preliminares indican que una de sus hijas podría haber presenciado el ataque.

Líneas de investigación abiertas

Las autoridades judiciales manejan como una de las principales hipótesis la posible participación de una expareja sentimental de la víctima, quien tendría una orden de captura vigente y una orden de alejamiento. Una segunda línea de investigación apunta a préstamos informales bajo la modalidad conocida como “gota a gota”.

Según personas cercanas a la víctima, Arias interpuso una denuncia el pasado 14 de diciembre tras recibir amenazas de muerte presuntamente vinculadas a deudas con prestamistas informales. Vecinos del sector señalaron, además, que una motocicleta rondaba la zona días antes del crimen, lo que refuerza la tesis de una vigilancia previa.

Violencia contra mujeres migrantes

El asesinato de Esther Arias se convierte en la muerte violenta número 81 de una mujer en Costa Rica en lo que va de 2025, de acuerdo con registros oficiales. El Observatorio Voces Contra la Violencia informó que, hasta noviembre de este año, al menos 21 mujeres nicaragüenses han sido asesinadas en el extranjero, de las cuales 10 murieron en Costa Rica y 7 en Estados Unidos.

El caso vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad que enfrentan mujeres migrantes, especialmente aquellas expuestas a violencia doméstica, extorsiones y economías informales, en contextos donde las amenazas previas no siempre logran traducirse en protección efectiva.

Las investigaciones continúan en curso y, hasta el cierre de esta nota, no se ha informado sobre personas detenidas por el crimen.