León XIV: El Papa que ya denunciaba al dictador Daniel Ortega desde Perú

En 2022, cuando aún era cardenal y miembro de la Conferencia Episcopal del Perú, el ahora pontífice respaldó una dura carta dirigida a la Iglesia nicaragüense, en la que se denunciaban los abusos del poder sandinista contra la fe y la libertad religiosa.

ESCENARIO NACIONALNACIÓN

Darío Medios 6

5/8/20252 min read

Desde antes de ocupar la silla de San Pedro, el actual Papa León XIV alzó su voz contra la persecución que sufre la Iglesia católica en Nicaragua a manos del régimen de Daniel Ortega.

En 2022, cuando aún era cardenal y miembro de la Conferencia Episcopal del Perú, el ahora pontífice respaldó una dura carta dirigida a la Iglesia nicaragüense, en la que se denunciaban los abusos del poder sandinista contra la fe y la libertad religiosa.

El 17 de agosto de ese año, los obispos peruanos enviaron una misiva al presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, manifestando su “profunda tristeza” por los ataques sistemáticos contra la Iglesia católica. En un contexto de escalada represiva, los prelados no dudaron en condenar lo que calificaron como una agresión a la identidad del pueblo nicaragüense.

“Hemos visto con tristeza, por los medios de comunicación, la agresión y destrucción de imágenes y símbolos religiosos católicos, golpeando con ello no solamente la sensibilidad religiosa de un pueblo creyente sino también ofendiendo las raíces cristianas que constituyen la idiosincrasia de esa nación”, señalaron los obispos.

Cercano a la Iglesia nicaragüense

El entonces obispo Robert Prevost —hoy Papa León XIV— respaldó firmemente ese pronunciamiento, que representó un gesto de solidaridad con una Iglesia nicaragüense asediada por el poder político. La carta también advertía sobre la creciente violencia contra sacerdotes, templos y expresiones de fe, en lo que muchos consideran una cruzada autoritaria para silenciar voces críticas desde los púlpitos.

“La violencia nunca ha construido, solamente ha sembrado las semillas de la pobreza y del odio”, denunciaron los obispos peruanos, con un mensaje que iba más allá de lo espiritual, interpelando directamente al dictador Daniel Ortega, quien junto a su esposa Rosario Murillo gobiernan a Nicaragua con puño de hierro.

El clamor final de la misiva resuena hoy, quizás con más fuerza que nunca, bajo el pontificado de un Papa que conoce de cerca el dolor de los pueblos reprimidos: “En medio del dolor y del perdón... se eleva un clamor de justicia y de respeto que le permita poder expresar sus propias convicciones con la libertad de quienes viven en una verdadera democracia”.

Este temprano posicionamiento de León XIV podría prefigurar una agenda pastoral claramente comprometida con los derechos humanos, la libertad religiosa y la defensa de los más vulnerables en América Latina, una región que, como Nicaragua, vive tiempos de oscuridad institucional.