Laureano Ortega enviado a rogar inversiones chinas

El hijo de los dictadores, Laureano Ortega Murillo, viajó a China para mendigar apoyo financiero en la Cumbre Empresarial China–América Latina y el Caribe. Ofreciendo exoneraciones totales a inversionistas del gigante asiático

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DaríoMedios Internacional

11/5/20252 min read

Desesperación económica disfrazada de diplomacia

Laureano Ortega Murillo, asesor presidencial e hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se presentó en la XVIII Cumbre Empresarial China–América Latina y el Caribe, celebrada en la República Popular China, con un discurso que evidenció la desesperación y el aislamiento del régimen.

Ante la falta de crédito internacional, las sanciones y la amenaza de exclusión del acuerdo comercial CAFTA-DR, Laureano suplicó a empresarios chinos que inviertan en Nicaragua, prometiendo “condiciones inmejorables” a través de la Ley de Zonas Económicas Especiales, recientemente aprobada por la Asamblea Nacional controlada por el oficialismo.

Rendición económica ante Pekín

Durante su intervención, el heredero político del clan Ortega-Murillo exaltó los “beneficios” de la llamada “Franja y la Ruta”, proyecto geoeconómico impulsado por el Partido Comunista Chino. Sin embargo, economistas consultados advierten que el régimen está entregando soberanía fiscal y jurídica, convirtiendo a Nicaragua en un “paraíso tributario chino”, donde las empresas extranjeras gozarán de exenciones totales mientras las nacionales se asfixian con impuestos.

Analistas interpretan la participación de Laureano como una muestra de desesperación política, más que una estrategia económica. “No es diplomacia, es una rendición disfrazada de cooperación”, señaló un especialista en comercio internacional.

El precio de la dependencia

El discurso de Laureano llega en un momento crítico. El país se enfrenta a una crisis de liquidez estatal y una economía cada vez más centralizada bajo control familiar. En contraste, Estados Unidos principal socio comercial, ha declarado a Nicaragua un “riesgo para el comercio internacional”, tras documentar violaciones a los derechos humanos y confiscaciones arbitrarias de bienes.

Sin acceso a financiamiento occidental, el régimen deposita su última esperanza en Pekín, a cambio de concesiones que hipotecan el futuro del país.

Nicaragua, entre la entrega y la resistencia

Mientras Laureano se fotografiaba junto a empresarios chinos en trajes de seda, miles de pequeñas y medianas empresas nicaragüenses siguen cerrando sus puertas, asfixiadas por la falta de crédito, el control estatal y la persecución política.

El contraste es brutal: los allegados al poder negocian exenciones fiscales con Pekín, mientras el pueblo paga el costo de la represión y el endeudamiento.