La nueva “siete puñales” María Haydée Osuna
En el laberíntico escenario de la política nicaragüense, donde las lealtades se desdibujan y las alianzas mutan con la velocidad de un camaleón, emerge la figura de María Haydée Osuna Ruiz.
ESCENARIO NACIONALNACIÓN
Darío Medios
5/18/20253 min read


Diputada de larga data, supuestamente liberal, en su trayectoria hay acusaciones de traición y una sorprendente capacidad para navegar las turbulentas aguas del poder, sin importar el color del partido en el gobierno.
Desde su debut en el Parlamento Centroamericano en 1997, Osuna ha demostrado una tenacidad política, su permanencia en la Asamblea Nacional hasta el día de hoy es un testimonio de su astucia, o bien de un oportunismo desmedido.
Su capacidad para no es solo sobrevivir, sino prosperar bajo diferentes administraciones, levanta interrogantes sobre sus verdaderas convicciones y los pactos secretos que ha firmado. Pero que sin duda le han generado grandes beneficios.
Su acercamiento descarado al sandinismo.
Su presencia y celebración en la Plaza de la Fe, junto a Ortega, Murillo y paramilitares, selló para muchos su metamorfosis en una ferviente defensora del régimen que otrora habría combatido, atrás quedaron los años de cuestionar al régimen, hoy disfruta de los beneficios de su nueva convicción política.
En redes sociales circuló una fotografía donde se la veía sonriente junto al diputado convertido Wilfredo Navarro durante la juramentación del represor Francisco Díaz como jefe policial, esa imagen resonó como una bofetada para la oposición.
Pero la "traición" de Osuna no fue un acto súbito. Sus movimientos dentro de los intentos de unidad opositora ya sembraban dudas.Su designación como representante legal del PLC ante la Coalición Nacional, cortesía del sandinista Consejo Supremo Electoral, fue una clara señal de infiltración.
La unidad, bajo la premisa de no rechazar a nadie, terminó pagando caro la inclusión de una figura que pronto se convirtió en factor de división, obstaculizando estrategias y mostrando una ambigua distancia con el régimen.
La estocada final a la esperanza opositora llegó el 6 de agosto de 2021. Con la mayoría de los aspirantes presidenciales encarcelados o en el exilio, Osuna cumplió su presunta misión al solicitar al CSE la cancelación de la personalidad jurídica de Ciudadanos por la Libertad (CxL). Este acto, percibido como una colaboración directa con el régimen para desmantelar la oposición, desnudó su verdadero rol.
Desde entonces, las apariencias se desvanecieron. Osuna se mostró como una sandinista más, celebrando la continuidad dinástica de Ortega y Murillo, e integrando la comisión especial para reformar la Constitución, entregando aún más poder a los dictadores. Aquella fotografía sonriente junto a Navarro se erigió como un símbolo de su burla final a una oposición que confió en ella.
Las consecuencias no tardaron en llegar desde el exterior. Estados Unidos le retiró la visa, extendiendo la sanción a la facción política que lidera dentro del PLC. La acusación fue directa: facilitar el ataque del gobierno de Ortega-Murillo a la democracia, recordando cómo una petición de su partido desapareció el "último partido genuino de oposición que quedaba".
Paradójicamente, Osuna, quien se benefició del ascenso político gracias al expresidente Arnoldo Alemán, guardó silencio ante el encarcelamiento de su esposa, María Fernanda Flores de Alemán, víctima de un régimen al que ahora sirve con aparente devoción. Esta omisión no hace más que alimentar las acusaciones de ingratitud y falta de principios.


Su liderazgo en el PLC se tambalea.
Acusaciones de autoritarismo, expulsiones arbitrarias de dirigentes y señalamientos de malversación de fondos electorales han levantado una ola de críticas.Milton Arcia, expolítico del PLC, la ha acusado de "destruir las bases del partido" y de administrarlo como una "hacienda personal".
Su complacencia ante las iniciativas sandinistas en la Asamblea Nacional, incluyendo la polémica ley que despojó de su nacionalidad a 222 presos políticos, solo ha exacerbado el descontento. Intentó infiltrarse en la oposición, pero fue rápidamente detectada.
El día en que los servicios de María Haydée Osuna dejen de ser necesarios, la maquinaria que hoy la protege es la misma que la destruirá. La historia enseña que la dictadura sandinista es voraz y prescinden de sus colaboradores cuando ya no son útiles.
